lunes, febrero 19, 2007

Despotismo blando

Uno de pensadores de referencia inexcusables para entender el mundo que nos rodea es el filósofo canadiense Charles Taylor, que recuperó la expresión “despotismo blando”, ya utilizada por Tocqueville, al definir la opacidad benevolente a la que obstinadamente tienden los políticos democráticos para eludir conflictos incómodos. Consiste en una forma suave y solapada de opresión sobre los ciudadanos que se lleva a cabo sin que éstos tengan conciencia clara de ello. El camino seguido casi siempre es el mismo: alejar al ciudadano de la discusión de las cuestiones decisivas y “cocerlas” sigilosamente en instancias inaccesibles mediante fontanería cruzada y acuerdos poco confesables. Después, las medidas definitivas se venden a la ciudadanía convenientemente aderezadas, presentándolas como logros “de” y “para” toda la comunidad.

Hasta los políticos más honestos practican esta estrategia, porque entienden que un exceso de sobreexposición a la opinión pública les deja en manos de la demagogia oportunista de un enemigo, por definición, siempre dispuesto a practicar el alarmismo, exacerbando los perjuicios de cualquier medida. Para evitarlo, se opta por desarrollar una política de hechos consumados que no lo parezca y lograr poca masa crítica adversa, sólo la necesaria para desempeñar sin peligro el rol legitimante de la discrepancia.


El gran problema de esta forma sibilina de hacer política es su toxicidad corruptora, porque niega el conflicto antes de que surja y lo hace apoyándose en la complicidad pasiva de los gobernados, que si quieren discrepar han de unir al esfuerzo de disentir los sobreesfuerzos de cuestionar los procedimientos y de negar el clima de optimismo buenrollista impuesto. La energía exigida para ello es tal que los ciudadanos se desilusionan y abdican de su condición, dejando que los cargos públicos se conviertan en los actores y gestores únicos de la responsabilidad política.

¿La solución?. Hacer acopio de energía –plataformas, entidades, la red, etc- y, desde la legalidad, denunciar sistemáticamente los blindajes y enmascaramientos del poder, aún a riesgo de perder tiempo o “simpatías”. Merece la pena.

1 comentario:

¤ζสяส¤ dijo...

me arriesgo a que mi comentario se lea simple, pero con su comentario me dieron ganas de ver menos, aún menos el tv notas... curioso, estaba buscando algo sobre despotismo blando, encontré más de lo que esperaba... le comparto una página que creo va a interesarle: http://www.yoinfluyo.com/index.php?option=com_content&task=view&id=6370&Itemid=43
tengo mis reservas de la página, yo influyo parece ser panista... pero bueno, en estos días qué no se salva de ser un medio oportunista, ja. felices fiestas paganas.