sábado, enero 19, 2008

El feminismo igualitario lo representan los hombres y mujeres que promueven la custodia compartida

LA VANGUARDIA
Pilar Rahola 28/12/2007

Fue mi padre quien me convirtió en feminista. Ese hombre extraordinario, que siempre respetó a mi madre, que estaba dispuesto a ser el primero en levantar la mesa, en preparar la comida, en cargar con la compra, me enseñó el valor de la convivencia.

Eran otros tiempos, y el comedor de casa era, para muchos, el espacio de la libertad.
Desde ese comedor de casa, solidario y respetuoso, aprendí a amar la igualdad y a luchar por ella. Como tantas otras mujeres.

De la generación de nuestras abuelas, que se dejaron la piel para poder votar, a la de nuestras hijas, que pueden ser presidentas, el camino recorrido es un salto galáctico: en solo tres generaciones hemos cambiado el paradigma cultural de siglos.

Por supuesto, ahí estamos, con las cifras de maltrato llenando de sangre las estadísticas, con las mujeres luchando por ser las mejores en el trabajo y en la casa, y no morir en el intento.
Con nuestras vergüenzas de discriminación en sueldos. Con el enorme esfuerzo que tiene que hacer la trabajadora que quiere ser madre.

Desde luego, si miramos al pasado, la transformación social ha sido revolucionaria.
Si miramos al futuro, la mujer está en condiciones de alcanzar todas las metas. Pero, si miramos al presente, aún dejamos demasiada piel y dolor en el intento. Y, por supuesto, si la mirada es global, la situación de la mujer destruye cualquier esbozo de optimismo. Desde la vergüenza de las mujeres esclavas en los países islámicos, a las niñas de los prostíbulos, pasando por todo tipo de violencias.

Hemos andado mucho en el camino de los derechos, pero marea pensar lo mucho que falta por andar.

Siendo todo ello cierto, me preocupa, sin embargo, que la lucha de la mujer pueda invadir los legítimos derechos de los hombres.

Para entrar en la materia más espinosa, demasiadas son las voces serias que alertan del mal uso que se está haciendo de la ley contra la violencia de género, a favor de mujeres que la utilizan para negociar patrimonio, conseguir ventajas o, directamente, fastidiar al ex de turno. De entre todas ellas, es notable la voz de la juez decana de Barcelona, Maria Sanahuja, que ha alertado reiteradamente del exceso de denuncias falsas. Los datos sobre este hecho no son claros, pero todos los sectores implicados hablan de centenares de falsedades.

En cualquier caso, la casuística nos trae demasiados padres cuya denuncia falsa les ha destrozado la vida, hasta que un juez ha levantado la sospecha.

¿Realmente es tan fácil? Si un hombre acusa a su mujer de maltrato, las dificultades para llevar a puerto la denuncia son ingentes. Pero si una mujer lo acusa a él, la ley lo convierte en culpable incluso antes de ser sospechoso, y el calvario que vivirá será terrible.

Es indiscutible que la ley contra la violencia de género era urgente para luchar contra esta lacra social.

Pero, ¿la hemos hecho bien? Si las mujeres pueden usarla fácilmente para dirimir sus cuitas económicas o sentimentales, no solo la hemos hecho mal. Hemos convertido la lucha por la justicia de las mujeres, en una forma de injusticia para los hombres.Demasiados padres que no pueden ver a sus hijos, demasiados que cuelgan de la percha de la sospecha, demasiados que ven dilapidado su patrimonio, más allá de sus obligaciones legales.

La lucha de la mujer por la igualdad nunca puede ser la coartada para otra forma de discriminación. El feminismo, que tanto sabe de sufrimiento, tendría que ser el primero que levantara la voz contra esta otra forma de maltrato. Porque, o denunciamos los abusos en nombre de la mujer, o estamos convirtiendo una lucha justa en una forma de venganza.


lunes 24 de diciembre de 2007

Sindrome Alienacion Parental

CARTA de Cris publicada en "LA VANGUARDIA" el día 23.12.2007

Soy mujer, divorciada y sin hijos. No me dedico por tanto a mercadear con los niños, como hacen muchas madres divorciadas que utilizan al niño para hacer daño a su ex pareja en un odio irracional que nace, en la mayoría de los casos, y siempre bajo mi punto de vista, de la pérdida de "comodidad económica" que les supone el divorcio.Pero aparte de mujer divorciada sin hijos, ante todo soy persona. Y me pone el vello de punta leer noticias de madres que causan a sus hijos un daño irreparable, por años que pasen, al condenarlos a no ver a su padre, a condenarlos a oír sistemáticamente la misma historia "tu padre es esto o lo otro, nos ha abandonado, nos dejó sin dinero...."Señoras.... trabajen! Y no cuenten historias al hijo. Él debe permanecer al margen de los problemas de los adultos. No tiene la culpa de nada. Es un menor. Está indefenso. Y además no puede mandarla a freír espárragos pues no se atreve. Su padre es su padre, como su madre es su madre. Y necesita a ambos por igual.Es insultante que en pleno siglo XXI y cuanto más se aboga por la igualdad, más desigualdad haya. Hemos pasado de un extremo al otro. De no tener derecho a voto a tener derecho a arruinar la vida a un hombre solo por contar una trola. "me ha insultado" (dice ella) " es un delito. Él se va detenido por tema de violencia doméstica. Sin embargo ella puede vejar, insultar, pegar, etc... al hombre, y al hijo y a lo sumo, es una falta.Ahora, comienza a haber jueces valientes, y sobretodo, conscientes de la realidad de éste país, lleno de padres maltratados, de hijos maltratados, de familias rotas. Pero no rotas por el divorcio de los progenitores, sino por la maldad de un progenitor que pone al menor en contra del otro. Eso es una ruptura. Y señores... es irreconciliable, pues el daño no se repara. Podemos poner tiritas, pero el daño ya se ha hecho. Un poco de conciencia social por favor... estamos criando a los futuros adultos. Y serán gente marcada por una infancia de maltratos. Tendrán problemas de adaptación social, de relación con sus iguales, prejuicios y miedos fundados por las madres.... Reitero.... soy mujer. Pero si "ellas" lo son... a mi nómbrenme de otro modo. Pero no mujer. No quiero serlo. Ante todo, seamos PERSONAS.

http://sapcris.blogspot.com/2007/12/sindrome-alienacion-parental.html


Exculpado de abusar de sus dos hijos tras cuatro meses en prisión Los jueces afirman que la madre y la abuela indujeron a los niños a mentir

PERE RÍOS - Barcelona
EL PAÍS - Sociedad - 07-01-2008

Martí Turégano Vilardell fue detenido y esposado en presencia de uno de sus dos hijos el 28 de marzo del año pasado. Ese día debía iniciar las vacaciones de Semana Santa con los niños, que entonces tenían dos años y medio y seis, pero la denuncia de su ex mujer lo impidió. Pasó las vacaciones en la cárcel y allí siguió otros cuatro meses acusado de abusar sexualmente de los menores. Hace unos días, la Sección 20 de la Audiencia de Barcelona le ha exculpado. Los jueces concluyen que no hay pruebas contra él, no se creen la denuncia de la ex mujer y aseguran que las declaraciones de los menores que sirvieron para encarcelar al padre fueron inducidas por la madre y por la abuela materna.La pareja se había separado de mutuo acuerdo a mediados de 2006 a instancias de él. La mujer se quedó la guarda y custodia, la mitad de un apartamento y otras pertenencias, explica Turégano. "Jamás pensé que pudiera ser capaz de esto y actuar así por odio y rencor", relata el hombre, de 34 años y contable de una multinacional.

El padre ha pasado siete meses en tratamiento psicológico y psiquiátrico y asegura que el calvario que él ha pasado no lo desea ni al peor de sus enemigos. "Conmigo se ha cometido una injusticia que jamás olvidaré", dice. Lleva nueve meses sin ver a sus hijos y ahora confía en que la exculpación haga cambiar de parecer a los jueces.

La decisión de la Audiencia de Barcelona pone fin al proceso iniciado por el Juzgado de Instrucción número 5 de Mollet del Vallès (Barcelona), que dio verosimilitud a la denuncia de la madre y procesó al hombre por un delito de abusos sexuales con acceso carnal contra su hijo J., y por otro contra su hermano M., en este caso sin violencia.

El Código Penal castiga la primera conducta hasta con 10 años de cárcel y la segunda, hasta dos años. La acusación particular ejercida por la madre solicitó de la Audiencia de Barcelona que abriera juicio contra el hombre, pero los jueces explican que no hay ninguna prueba que lo justifique.

Los Mossos d'Esquadra registraron su vivienda y no encontraron ninguna de las películas pornográficas con menores que se habían relatado en la denuncia ni ningún otro dato que permitiera sospechar que se cometieron abusos. Los informes médicos del Hospital de Sant Joan de Déu, que revisó a los niños, también descartaron las agresiones, y los informes psicológicos concluyeron que no existieron los abusos.

Así las cosas, el tribunal explica que la principal prueba de cargo en estos meses han sido las declaraciones de los menores, pero añade que han sido "cambiantes". Al principio parecía que existía "sospecha de posible abuso sexual", pero después quedó descartado por los psicólogos. "Los niños no presentan rasgo de abuso sexual y en el propio informe psicológico se indica que la forma de narrar los hechos investigados reduce la credibilidad de su relato", dice el tribunal.
Los jueces afirman que las respuestas de los niños a los psicólogos "pueden estar inducidas por la madre", de la que se dice que está "personalmente enfrentada con el padre". Los menores también relataron que "lo que dijeron del pene de su padre y de los dientes no pasó de verdad, que se lo había dicho su abuela".

Al margen de sus parientes, el único apoyo que recibió el acusado fue el de la Asociación de Padres de Familia Separados de Cataluña, que reclamó su presunción de inocencia. La justicia concluye ahora que no es una suposición.

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Sobre custodia compartida véase también http://lacomunidad.elpais.com/antoniopegaso/2008/1/15/el-sidrome-alienacion-parental-y-otro-feminismo, de donde procede el título del post

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