domingo, febrero 10, 2008

De corazón a corazón

Ayer asistí al funeral de la pareja de alguien a quien aprecio mucho. Todos los que estábamos allí nos sentíamos desbordados por ese sufrimiento agudo y demoledor que produce toda muerte repentina. Era difícil encontrar palabras para poder acompañar al amigo en su desconsuelo. Y al final, fue él quien nos ayudó a nosotros a elaborar nuestro duelo. Con esas audacias que sólo brotan del amor, cogió el micrófono al acabar el responso y nos habló con ese ritmo hondo, sereno y sentido que caracteriza el lenguaje del corazón. Qué regalo más impagable oír al amigo, un hombre exquisitamente discreto, contarnos con toda sencillez cómo quería a su esposa y cómo necesitaba sentirse unido más que nunca a ella y a sus hijos para afrontar este trance. Todos nos sentimos unidos en tu empeño por construir el futuro de tu familia desde el amor a tu mujer. No te dejaremos sólo. Cuenta con nuestro respaldo y compañía.

Ya sabía, amigo, de tu excelencia y hoy deseado saber amar como tú. Me has dado una lección de humanidad que te agradezco infinitamente.

2 comentarios:

Elisa McCausland dijo...

Señor Buenamente, le he dejado en mi blog una pequeña sopresa...

Enrique Jimeno Fernández dijo...

Gracias Pequeña Delirio por tu premio. Me he pasado por tu inmenso blog y me ha despertado adicción desde el primer instante. Dices que te ayuda a comprender: no concibo mayor elogio. Los hombres andamos necesitados de comprensión y empatía femenina. Nada nos desarma más que sentirnos comprendidos. Gracias también por incluirme en la sección Delirium Tremens.