miércoles, diciembre 19, 2007

Generación YO

Días después de asistir a un ciclo de charlas sobre los adolescentes al que aludí en mi anterior post , cayó en mis manos el artículo que reproduzco sobre la llamada GENERACIÓN YO (EP3, EL PAÍS, viernes 7 de diciembre) En sus análisis y comentarios he creído reconocer mejor que en algunas de esas conferencias la realidad de los adolescentes actuales.

YO SOY LA ESTRELLA

TEXTO: XAVI SANCHO REALIZACIÓN: GERARD ESTADELLA

"Han crecido cuestionando a los padres. Y ahora, a los jefes" (J. Kaplan)

"Parece que hoy todos quieren ser y vestirse como si tuvieran de 20 a 25 años” (Jean Twenge)

"En el capitalismo global todos actúan como estetas de clase media" (Eloy F. Porta)

Manejan Internet como una extensión de su propio cuerpo y la emplean para autorretratarse y documentar públicamente sus experiencias. Sin pudor: la estrella soy yo, y el mundo entero, mi público. A esta generación yo se la podrá tachar de frivola y narcisista, pero demuestra, ante todo, un asombroso realismo: ¿quién mejor para promocionarse que uno mismo?

TEXTO: XAVI SANCHO REALIZACIÓN: GERARD ESTADELLA

"Ojalá fuera especial, tan especial /pero soy un arrastrado / soy un raro/ ¿Qué demonios hago aquí?/ No pertenezco a este sitio"(Creep. Radiohead, 1993).

"Alala alala / Eres tan guay /¿Puedo ser tu amiga? /Te conduciré hasta el final / Alala alala / Estoy tan preocupada / Me. compré esta ropa pija / y sigo pareciendo tan fea" (Alala. CSS, 2006).


TRECE años y más de media docena de intentos de definición generacional separan estas dos canciones. El tránsito de una quinta que se odiaba a contraluz a otra que dice odiarse en fluorescente, que no es más que quererse en otro color. Porque las reglas han cambiado y la demografía, la geografía y la coyuntura macroeconómi-ca no son los principales elementos para formalizar el retrato generacional. De la disolución de las tribus urbanas, a la democratización de la moda. Del nihilismo, al narcisismo. De la obsesión adolescente por la privacidad, al exhibicionismo. Del "mi querido diario" a "he cambiado el color de mi perfil online". De la soledad de mi habitación con The Cure cantando cómo me siento, a toda esta multitud que ha entrado en mi alcoba a través del ADSL pidiendo que me haga otra foto con el móvil y le envíe un e-mail con el último sencillo de Klaxons en MP3.

Generation Y, Millenials, generación yo.

Hijos de padres sobreprotectores que les han convencido de que son especiales, de que deben aprender a amarse a sí mismos antes de querer a los demás.

Víctimas y verdugos de la cultura del "tú también puedes hacerlo", opuesta a los que crecieron con el "no intente hacer esto en casa".

Ex-travertidos, narcisistas, ¿o, mejor, individualistas? Están encantados de conocerse y tienen unas ganas locas de que les conozcas, pero demuestran ser tremendamente realistas: saben que nadie les promocionará mejor que ellos mismos, y que Internet es el vehículo perfecto para conseguirlo. Tú puedes ser tu propio Gran Hermano. Esto va a ser muy divertido. MySpace, YouTube,flickr,facebook, wiki-pedia,fotolog, blog,xanga, sconex...

Hasta hace un rato, la mayoría de estudios generacionales habían sido creados desde una perspectiva anglosajona, basada en sus vaivenes macroeconómicos, en demografía (hay dos décadas de diferencia entre el babyboom yanqui y el patrio) y las tendencias de su industria cultural. Esta vez existen rasgos comunes, un principio de homogeneización. Claro, según la Asociación Europea de Publicidad Interactiva (EIAA), el 82% de los jóvenes españoles entre 16 y 24 años confiesan conectarse a la Red una media de 12 horas semanales, prefiriendo sacar humo del rooter que del mando a distancia y si, además, las redes sociales de Internet son utilizadas con frecuencia por un 47% de usuarios, la receta global está servida. En España,, se utiliza el Messenger el doble que en el resto de Europa, y un 83% declaramos que no podríamos vivir sin alguna de las opciones que ofrece la Red. Ya tenemos nuestra propia oficina de MySpace España. Se celebró su llegada con un concierto de Smashing Pumpkins, antiguos epígonos de la generación X. "Cualquier cosa que se haga para destruir la herencia de las generaciones precedentes y hacer la vida imposible a las subsiguientes me parece chachi", apunta Eloy Fernández Porta, profesor de Humanidades en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y autor del ensayo Afterpop (Benerice, 2007). "Esta generación, en la medida en que la conozco por mi trabajo universitario, es mejor que la que tiene el poder ahora; no están calvos, no votan y, sobre todo, no les parece que Ángela Molina se haya vuelto más glamurosa con los años".

Este grupo se caracteriza por
una enorme autoestima,un narcisismo desarrollado hasta al paroxismo, un dominio de las nuevas tecnologías casi terrorífico,una acumulación de experiencias vitales de gran precocidad, una sanísima falta de prejuicios estéticos y musicales y un desprecio por lo establecido, no procedente de una herencia anarcosindical o de rebeldía punk de anuncio de refrescos, sino de un convencimiento casi absoluto de que ellos saben más y mejor.

Ellos son lo más importante de sus vidas. Y de la tuya. "Han crecido cuestionando las decisiones de sus padres y ahora cuestionan las de sus profesores o sus jefes.

Es muy difícil lograr que se callen y casi imposible que se adapten al clásico esquema de uno ordena y otro acata", apunta Jordán Kaplan, profesor de Relaciones Laborales de la Universidad de Long Island.

Jean Twenge, autora del libro Generation me (Free Press, 2006), estudio fundacional de estos jóvenes nacidos a partir de 1980, encantados de conocerse —y de que les conozcas—, recuerda:

"Esta gente con un nivel tan alto de narcisismo encuentra serios problemas a la hora de articular sus relaciones con otros humanos. A pesar de ser muy transparentes en tanto que exhibicionistas, el mundo no conectado a sus principios sigue encontrándolos complicados de entender. He recibido cartas de madres, profesores o jefes que afirman haber entendido el extraño comportamiento de hijos, alumnos o empleados tras leer el libro".

Y es que, a diferencia de otras generaciones, ésta es menos comprensible porque tiene muchas menos ganas de explicarse.

Eso sí, si los hippies eran despreciados por sucios, los punkis por peligrosos o los grunges por nihilistas, estos jóvenes de los "20 megas a ver si te enteras" despiertan la simpatía y el interés del establishment, ya sea porque se les supone tecnológicamente eficientes, o por la reciente llegada a los órganos de decisión metacultural de la generación Peter Pan.

Twenge lo tiene claro: "Los niños quieren ser adolescentes lo antes posible, mientras que los adultos, ya sean jóvenes o sospechosamente mayores, quieren mantenerse adolescentes el máximo tiempo posible. Parece que hoy día todo el mundo quiere actuar y vestirse como si tuviera entre 20 y 25 años".

Detectada la tendencia a sabotear el reloj tan extendida en la actualidad, Porta va un poco más allá y recuerda que la uniformidad sobrepasa el hecho de que padre e hijo lleven el mismo modelo de zapatillas Vans. "Los moas y los heavies, por ejemplo, tenían conciencia de clase, un curioso sentimiento que se desarrolla cuando existe una limitación práctica de acceso a los medios técnicos o a los objetos culturales. En nuestros días ese sentimiento ha desaparecido, porque en el capitalismo globalizado todo el mundo se comporta como un esteta de clase media, aunque sea pobre o muy pobre". En la marca HM (a esta generación que nos ocupa también se la conoce como generación HM), tras preguntárseles sobre su responsabilidad con todo esto, dan una decepcionante respuesta estándar: cipan a las futuras demandas de los clientes. Su inspiración a la hora de crear la moda proviene de diferentes ámbitos, como son la moda urbana, la música, videoclips, medios de comunicación, el cine, viajes realizados y la influencia de diferentes culturas". Buf.

HM, Vans, KillCity, Lux, Cheap Monday, Adidas, American Apparel, Converse, Lo-reakMendian, Wesc...

"El otro día vi un perfil Aefawhook en el que una chica escribió sobre una foto de ella misma: '¡Malditospaparazzis!'. Parecía que le encantaba la idea de que un amigo sacara u"Las colecciones se crean y se planifican en el departamento de diseño y compras, en nuestra sede central en Estocolmo. Allí trabajan más de cien diseñadores internos que prevén tendencias y se antina foto de ella sin que la protagonista lo esperara. Lo mismo que les pasa a los famosos cuando los pillan desprevenidos", recuerda Jean Twenge cuando se le pregunta sobre la influencia de la cultura de los famosos, las revistas del corazón y sus icónicos robados en esta exhibición de vicios y virtudes pixeladas. Años y años de ediciones y más ediciones de Gran Hermano han provocado una pléyade de concursantes que llegan a la casa sabiendo exactamente qué deben hacer para llamar la atención, cómo ganar, cómo perder.

El esquema se repite en la Red gracias a las posibilidades tecnológicas y la conversión de la fama por la fama en algo aspiracional. Si la revista Vanity Fair no me da una portada, ya me la doy yo mismo. Mónica, 30 años, miembro de la generación X y usuaria de Fotolog, el blog fotográfico online favorito de los veinteañeros (y, por tanto, infiltrada en un calendario que a priori no debería ser suyo), ironiza sobre toda esta creación de estrellas con perfil en MySpace.

"Básicamente, utilizo mifotolog para reducir el gasto telefónico y amargarle la existencia a mi ex, al que parece que le interesa más mi vida ahora que cuando éramos novios. Y sí, soy la mar de famosa". Sergi, feliz en esa franja de edad (tiene 25años) que según Twenge lodo el mundo parece hoy querer; y fotologero activo, se, reconoce sorprendído de la repercusión de algunas de sus actividades, sobre todo de sus crónicas de la última edición del reality Supermodelo. "La verdad es que da miedo ver cuántas visitas tiene tu página. Con las crónicas he llegado a tener 2.000 en un día. Cuando alguien que no tienes ni puta idea de quién es te para y te dice que te conoce de Internet, te sorprende y asusta a la vez. La fama no es mi objetivo y me la trae al fresco, pero sí reconozco cierto componente narcisista que elfoto-log se encarga de satisfacer".
Porta, por su parte, cree que toda esta feria de vanidades tal vez sea hoy masiva, pero no nueva. Se remonta, agárrense, a antes de Gran Hermano. "Si hablamos de autobiografización de la experiencia y tecnologías del yo, tendríamos que remontarnos al romanticismo, y en particular a William Blake: '¡Antes ahogar a un bebé en su cuna que renunciar al más pequeño de nuestros caprichos!'. José Luis Molinuevo [catedrático de Estética de la Universidad de Salamanca] lo llama tecnorromanticismo, y es una renovación de esa estética a través de los nuevos medios".
Klaxons, Felá Kuti, CSS, Bonde do Role, NickDrake, Wombats, BeachBoys, M.I.A., Justice, Burial, Sonic Youth, Diplo...

Y son estos nuevos medios de comunicación los que parecen ser, no por primera vez, pero sin duda sí más que nunca, los elementos vertebradores de todo este festival. En el futuro, los estudios generacionales serán de carácter tecnológico más que de geoestrategia de la industria cultural. Así, parece más importante que escuches música en formato MP3 que saber qué es lo que escuchas. Twenge coincide en que "será imposible hacer cualquier tipo de retrato generacional sin tener en cuenta las innovaciones tecnológicas, y las generaciones avanzarán al mismo ritmo que estos cambios tecnológicos. No hay más que ver el tiempo que pasa entre la llamada generación X [grunge, nihilista, nacida en los años setenta] y la generación 7 [jóvenes que en los albores del milenio adoptaron y reformularon el ideario yu-ppy], y la cantidad de generaciones que parecen acumularse desde la llegada de ésta, no hace más de cuatro años". Kaplan coincide y va más allá: "En un futuro, las personas serán lo menos importante de los estudios generacionales".

De cualquier modo, y a pesar de la universalización de la tarifa plana, esta gente, abocada como está al teclado y a la cá mará digital, no coincide para nada con la imagen de aspirante a Bill Gates, con camisa azul cielo y manchas de tinta en el bolsillo, que hasta hoy se ha tenido de los más tecnófllos. Tienen vida offline.

María tiene 23 años, nació en Zaragoza y tiene MySpace y Fotolog, ambos con una actividad que ya quisiera el Gobierno Montilla. A María le gustan The Killers, Kaiser Chiefs, Mika o Scissor Sisters. También es fan de la mítica serie Los problemas crecen y le gustaría conocer a un casi vivo, Pocholo, y a una muy muerta, Carmina Ordóñez. Su fondo de MySpace es un primer plano de sus ojos y su flequillo. El resto de imágenes son instantáneas tomadas en clubes, fiestas, en la pista de baile... Siempre de noche. Si no fuera porque se la ve la mar de guapa y contenta, uno pensaría que vive en pleno invierno islandés.

Su red social offline es descomunal, y su actividad, frenética. Generación insomnio. La Red como escaparate de una vida real que existe y de qué manera. "Cuelgo cosas mías, que me pasan, que han pasado-Pero sobre todo, del fin de semana. Nunca contaré mi vida privada para darle el gusto a alguna gente", confiesa María. Navegamos por los comentarios que le dejan sus 231 amigos. Un amigo ya no es lo que era en este tiempo de la red social, y un secreto, por lo que leemos, tampoco es aquello que le cuentas a sólo una persona. A María le dejan mensajes del tipo "¿Qué haces conectada? ¿No salías hoy?". Parece que sus fines de semana dan mucho de sí. No nos equivoquemos: toda esta sofisticada y saturada red de relaciones online existe porque, cuando el PC está en reposo, todos ellos entran en modo on.

Vamos al MySpace de Niñofixo, que es desde ya nuestro preferido. Nos avisa: "Si no me vas a poner en tu top, no te molestes en agregarme". Parece una frase de Zoolander. El chico tiene 19 años y dice ser modelo. Como prueba exhibe unas fotos sacadas en París, con Arco de Triunfo de fondo, no vaya alguien a pensar que fueron sacadas en Matalascañas. Niño se encanta y nos encanta, y parece que le encanta a todo dios, pues tiene, el muy bestia, 1.376 amigos. Navegamos por los comentarios y encontramos alabanzas a su belleza y una colección de sujetos enamorados de la moda, la fotografía y el estilismo (nota: ¿quién demonios construirá los puentes y curará a los niños en el futuro?). "Esta noche será máxima", le escribe alguien.

Sergi matiza: "Por suerte aún mantengo la fe en el contacto humano. Y teniendo en cuenta las veces que me muerdo la lengua al escribir no creo que nadie diga lo que piensa. Internet sí te puede dar, sin embargo, muchas pistas sobre el coeficiente intelectual de la gente. Creo que sí hay cierta química que traspasa la pantalla, que puedes llegar a conectar con alguien a través de un teclado. Y dejémoslo claro: la función básica de Internet es ligar". Mientras, Mónica defiende una sana misantropía con respecto a todo esto. "Es un buen medio para que se te quiten las ganas de conocer a cierta gente. Y espero que a esos mismos les pase igual y jamás se molesten en dirigirme la palabra".

"¿Sabías que en Estados Unidos ya casi no se ponen nombres clásicos a los hijos?", cuenta Twenge. "La gente quiere un hijo especial, un trofeo. Deciden empezar a crearlos poniéndoles nombres cada vez más raros, más especiales, diferentes a los que se supone lleva la masa". Esto ya lo relataba el escritor Brett Bastón Ellis en la novela Lunar park, cuando veía a los niños hasta arriba de ansiolíticos para tratar de superar el estrés que provoca ser blanco y de clase media alta en el país más rico del mundo. Hoy más que nunca, la depresión parece una enfermedad de ricos. Les han dicho que serían especiales y se lo han creído. Peligro: catástrofe generacional al final de la próxima legislatura.

"Llegará un momento en que se deban preguntar si sus proyectos son realizables", apunta Luis Hornstein, psicólogo argentino y autor del libro Narcisismo, autoestima, identidad, alteridad. "Hay que dejar de echar toda la culpa a los demás y empezar a entender que hay cosas que jamás lograrás". Twenge vislumbra un futuro aciago para esta generación. "Llegará el momento en que la realidad se entremeterá y los resultados no serán agradables. Preveo un porcentaje enorme de actuales veinteañeros decepcionados y crónicamente deprimidos", sentencia, apocalíptica, la autora.

Parece que la próxima generación vendrá marcada por el precio del petróleo y el fin de la burbuja inmobiliaria, y ni el último aparatejo de Apple les va a salvar. Abandonará el pop en favor del rock y declarará clausurada la era de la felicidad. Al preguntársele cómo le gustaría que fuera la generación definitiva, Eloy Fernández Porta lo tiene claro. Su utopía es "un grupo humano que, sin fundamento cultural, sin aspavientos y sin solos de batería, destruye el poder establecido, pero no ya por convicción política o por conciencia generacional, sino por pura capacidad técnica. Y sin pintas raras". Quizá la próxima...

Generación X, generación Y, generation next, Millenials, Echo boomers, Netizens, Thumb generation, generación yo... ¿Generación Z?.

2 comentarios:

David Marabel dijo...

Habría que preguntar a las multinacionales de la tecnología, ¿por que me ofreces esto y no lo otro? Lo que subyace en el fondo es un problema de monopolios. Ellos defienden un modelo de existencia postmoderna, intentando convencernos de que las múltiples identidades suponen algo positivo a la hora de configurar nuestro rol. Pretenden convertirnos en avatares, pretenden fomentar el turismo de la identidad como individualismo de masas. De manera que si te despiden de un trabajo, te dicen ¡eso es algo bueno, así iras creando nuevas personalidades, adaptandote a nuevos roles en el mundo laboral!! y un huevo pa ellos! Zizek advirtió del peligro que suponen los despidos libres. Resulta complicado a mi edad de 22 años, rebatirte lo que dices de que somos una juventud, sumida en un frustrante narcisismo, y en un deprimente concepto del futuro como desilusión...

Anónimo dijo...

puede hacerse uno con este buen libro, en español?