jueves, diciembre 04, 2008

Educación: una jornada muy intensa


Me hubiese gustado asistir a la presentación del Manifiesto por la Educación impulsado por ESADE, pero según ha anunciado la prensa[1] se trataba de un acto restringido, “reservado a las entidades de la sociedad civil catalana y a instituciones públicas no directamente implicadas en la enseñanza”. Pues... bueno. Ya me parece bien que se escenifique aquello de que “para educar hace falta toda la tribu y no sólo los docentes”, pero no era necesario excluirnos. Dicen que las instituciones educativas “están ahora en otro debate” y que no se trata de “invadir espacio que es responsabilidad de otros" (palabras del ex presidente del Parlamento catalán, Joan Rigol, promotor del manifiesto). De todos modos, según parece han asistido además del President de la Generalitat, el Conseller Ernest Maragall y algunos de los sindicatos del sector.


Mi apoyo, en cualquier caso, a una iniciativa que habla de recuperar valores como la exigencia, el esfuerzo y el rigor. Sólo un pero. Me ha inquietado que en un manifiesto[2] que no pretende invadir terrenos, la única alusión explícita que se hace a la educación secundaria sea para insistir en el alto grado de fracaso escolar en esa etapa y en la necesidad de abordar este problema “sin la interferencia de intereses corporativistas”[3]. ¿Qué se querrá sugerir exactamente?.


Yo prosigo entre tanto con mi lectura de L’escola contra el món (lo compré ayer en un tercer intento: en las dos primeras librerías se había agotado ya) de Gregorio Luri, que precisamente hoy intervendrá en L'hora del lector (C33, 23h). Hasta ahora suscribo al cien por cien todo lo que dice, pero lo que me está gustando especialmente es el tono en que lo dice, siempre libérrimo y bien humorado. Como señalaba Sergi Pàmies el pasado pasado Luri ha elaborado un discurso críticamente optimista que genera complicidades...

´La lupa de Luri´, Sergi Pàmies

Hace unas décadas, lo subversivo era escribir libros denunciando la deplorable situación del sistema educativo y apelando a nuevas formas de enseñanza, más justas y progresistas. Hoy ocurre justo lo contrario: elaborar un discurso críticamente optimista, señalar las vergüenzas del progresismo transformador y apelar a la confianza en una educación capaz de convertir la información en conocimiento suena a herejía punk. El hereje, en este caso, se llama Gregorio Luri y es el autor de L´escola contra el món en el sentido más amplio del término-acerca de la envenenada cuestión educativa. Ahí van dos ejemplos de su estilo. Primero: "No tinc cap dubte de la necessitat de promoure l´educació en el consum responsable. El que em deixa perplex és que no s´eduqui també en el treball". Segundo: "¿No seria molt més útil - fins i tot des de la perspectiva de l´activisme pedagògic-ensenyar els alumnes a descriure i raonar abans d´estimular-los a opinar?"

Luri, al que el sistema se permite el lujo de jubilar, aboga por una actitud más que sospechosa: el optimismo. Es una osadía discutible, sí, pero la lluvia de datos y observaciones que la acompañan resulta más irrebatible. Destilando vocación y sentido de la observación, L´escola contra el món alivia dudas, proporciona complicidades, apunta atajos no dogmáticos (es capaz de alejarse de la dichosa Finlandia ejemplarizante y contemplar otros modelos educativos, como los de Corea, Singapur o Baviera) y establece una batería de objetivos francamente interesante: confianza, lealtad, disciplina, responsabilidad, retorno de la autoridad a los profesores, estímulo del sentido de pertenencia, educación de la frustración como instrumento de aprendizaje, rechazo de la impaciencia y la aceleración (dos formas de disfrazar la falta de rigor), desactivación del peterpanismo entre profesores y padres y, en general, una obsesiva reivindicación del sentido común.

La música y la letra de esta canción (a ratos de protesta y a ratos de amor) produce en el lector ganas de corear un estribillo que desacompleja, libera de algunos dogmas agresivos que presiden cualquier conversación sobre esta materia y, además, acaba con la machacona cantinela del abrir debates.En esta cuestión, Luri se muestra implacable y, derrochando precisión y criterio, afirma: "En el món de l´educació s´ha generalitzat el vici del debat. Perquè el debat degenera en vici (en cridòria o gesticulació banal) quan es perllonga indefinidament amb la falsa convicció que, mentre es mantingui viu, alguna cosa positiva en sortirà". Así que ya lo saben: cada vez que alguien intente torturarles con la amenaza de la enésima apertura de debates sobre la educación, llévense la mano a la cartera y recuerden las reconfortantes - aunque me temo que excesivamente optimistas-opiniones de Luri.

28-XI-08, Sergi Pàmies, lavanguardia

Por cierto, he asistido hoy a una jornada institucional sobre Calidad en la Educación y me ha parecido que sus participantes seguían otra partitura. Mañana o pasado lo cuento.


[1] Las entidades directamente relacionadas con la educación no asistirán al acto, ya que los firmantes consideran que la responsabilidad de la educación recae en toda la sociedad, y las instituciones educativas están actualmente en otro debate. "No pretendemos invadir espacio que es responsabilidad de otros", afirmó Rigol. http://www.europapress.es/nacional/noticia-rsc-mas-30-entidades-sociales-unen-mejorar-educacion-cataluna-20081202145223.html?rel

[2] Convocatòria social per l’educació a Catalunya. Manifest final

[3] L’alt grau de fracàs escolar que tenim a Catalunya, especialment en l’educació secundària, ens obliga a fer un esforç de reflexió i debat sobre els defectes del nostre sistema educatiu i les possibles maneres de corregir-los. Ha de ser un debat que compti amb la participació directa dels agents educadors i que eviti la interferència d’interessos partidistes i corporativistes. Però també ha de ser un debat en què s’impliqui tota la societat.

2 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

Demonios, no siga usted así, que me deuda de gratitud con usted aumenta día a a día y al final me voy a tener que declarar insolvente.
Soy uno de los redactores iniciales de la Convocatòria social per l'educació que se presentó ayer en EADE, y allí estuve. La primera parte tuvo un gran nivel, magnífica. Creo, sin embargo, que ni la representante de los sindicatos ni los de los municipios estuvieron a la altura. Bueno, para eso están los ideales, para saber que te has quedado a la mitad del camino.
Los organizadores no han querido, desde el comienzo, que participaran las asociaciones de maestros para resaltar el carácter "civil" del proyecto.
Estás cosas, ya se sabe, se conocen por sus resultados.
Gracias, de nuevo.

Enrique Jimeno Fernández dijo...

Sr, Luri, la deuda de gratitud es mía por hacerme disfrutar tanto con su ensayo. He hecho una fotocopia de la portada de su libro y la he colgado en el tablón de anuncios de la sala de profesores. No sé si es plenamente consciente de que pronto habrá una legión de docentes luristas que querrán contar con usted para pasar a la acción.