miércoles, mayo 30, 2007

¿Feminizar: humanizar?

El viernes 25 de mayo, Josep Maria Espinàs dedicó su columna de El Periódico a la expresión "feminizar la ciudad", utilizada en la campaña de las muicipales. Llevamos ya mucho tiempo sufriendo el demagógico uso de expresiones equivalentes que no significan nada preciso, pero contribuyen a consolidar la visión peyorativa de la masculinidad en oposición a una seáfica feminidad que nos ha de redimir de todos nuestros males. Con acierto, Espinàs insiste en abandonar esta polarización dicotómica y apuesta por superar los estereotipos sexuales (o de "género", Sr. Espinàs) utilizando la palabra "humanizar", para expresar la disposición a ocuparse de todos los seres humanos, especialmente, de aquellos que más sufren, una actitud que no es específica de ningún genero y los trasciende a todos.


Femenino, masculino, humanitario
JOSEP MARIA Espinàs

Leo que Imma Mayol, candidata a la alcaldía de Barcelona, dice en su programa que hay que "feminizar la ciudad". Los políticos hallan a veces palabras o expresiones innovadoras y que hacen marca.Hay quien habla de "política de inclusión". El éxito de la palabra sostenible es innegable. Ya se aplica de una manera tan amplia que acabaremos hablando de la "siesta sostenible". "Feminizar la ciudad" es otro descubrimiento lingüístico, pero debo decir con todo el respeto que no parece una propuesta razonable, y me temo que es políticamente incorrecta, aunque sea sugestiva.Dice la candidata que feminizar la ciudad significa ofrecer más servicios de proximidad. (Dicho sea de paso, "servicios de proximidad" es otra novedad léxica que, pese a la falta de precisión de su contenido, es bien recibida porque suena a modernidad). Y habla de guarderías.Tengo que decir que la expresión "feminizar la ciudad" no me gusta, aunque admito la buena intención. Una ciudad feminizada me parece tan incomprensible como proponer que la ciudad debe masculinizarse, o infantilizarse, o adultizarse. Para ser francos, lo que me parece que hay que lograr --más allá de sexos y edades-- es humanizar la ciudad. La humanidad no es una cuestión de sexo, sino de género, y el diccionario define claramente qué es la humanidad: el género humano. Nos incluye a todos, hombres y mujeres, niños y viejos.Lo que sí debe ser la ciudad es humanitaria. Esto es, debe estar interesada por el género humano. Sin discriminaciones y, también, sin confusiones. Pienso que cuando Mayol dice que hay que "feminizar la ciudad" utiliza una expresión poco afortunada para decir que hay que velar por el papel que en ella tiene la mujer. Sin duda. Y también está diciendo, implícitamente, que los hombres y las mujeres no son iguales, en contra de la afirmación que tanto se ha repetido en un tono dogmático. Y con tan poca justificación, porque los dogmas, precisamente, no están sometidos a ninguna prueba científica.Ahora, por fortuna, ya hay expertos que indican unas diferencias básicas entre hombres y mujeres, y es a partir de conocer las diferencias que puede llegarse al necesario respeto. Hay unas cualidades femeninas ideales para unas determinadas funciones. Al igual que las hay masculinas, adecuadas a otras. Y las hay que son compartidas. No tenemos que feminizar ni masculinizar nada. Hombres y mujeres tenemos que humanizar la sociedad.

martes, mayo 29, 2007

Uno de cada cuatro hijos de parejas separadas...

Uno de cada cuatro hijos de una pareja separada pierde el contacto con el padre. Es un dato alarmante comentado en el debate de “Espai Públic” de BTV viernes, (25 de Mayo de 2007, a las 18:54, http://blog.barcelonatv.cat/espaipublic/) sobre las nuevas estructuras familiares (Les noves famílies). Todos coincidían en que la asignación sistemática a la madre de la custodia de los hijos es una aberración cada vez más insostenible, ahora que tanto la madre como el padre trabajan y los roles tradicionales han pasado a la historia. Pero, como la custodia de los niños se sigue asociando al usufructo de la vivienda común y a una pensión, muchas mamás –beneficiadas por esa asignación de oficio- obstaculizan la relación con papá (alienación parental), temerosas de perder su estatus ventajoso si él fortalece sus vínculos afectivos con los niños y reclama la custodia compartida. Se trata de algo bochornoso que cuenta además con refrendo legal. Lamentablemente, la nueva Ley de Divorcio no lo ha remediado. Se temía al rancio feminismo progresista. Afortunadamente hay otros feminismos dignísimos, cargados de ecuanimidad y de sentido común (http://www.pensamientocritico.org/paluri0206.htm, María Sanahuja: http://www.panorama-actual.es/opinion/colaborador.pl?Id=1639
http://www.pensamientocritico.org/marsan0105.htm, etc.).



Custodia compartida
Sergi Salgado. 28.04.2005, 20MINUTOS - CARTA DE LOS LECTORES

Después del revuelo por la custodia compartida quisiera hacer tres consideraciones.
Primera: el derecho a una custodia compartida no es un derecho del padre ni de la madre, es un derecho de los hijos. Segunda: somos víctimas de una mentalidad maternalista por la cual, aún hoy, los hijos son responsabilidad única de la madre. Mal avanzamos así hacia la igualdad. Tercera: existe una perversidad en la custodia única. Quien se queda con los hijos se queda con la vivienda, los bienes y la pensión.

Estas tres cuestiones las resuelve la custodia compartida. De nada han servido los pronunciamientos favorables de psicólogos, educadores y mediadores. Sin embargo, el Gobierno sí ha cedido ante las presiones de unas conocidas abogadas que no querían perder su negocio.

No creo que a priorizar los bienes sobre los hijos se le pueda llamar feminismo. Porque, cuando una pareja se separa, ¿quién se acuerda de verdad de los hijos?.


Cariño, espérame
http://www.youtube.com/watch?v=3JJu-zRzTgU

lunes, mayo 28, 2007

Divagando sobre los adolescentes y su mundo

Por circunstancias obviables, he podido observar de cerca cómo reaccionaban chicos y chicas de 14 y 15 años ante el visionado de la película "300". Mi primera impresión es que les encanta, sobre todo a los chicos. No es extraño: cuerpos hipermusculados, espectacularidad constante, detallismo y riqueza visual propia del cómic filmado, ritmo trepidante, contraste polarizado entre el militarismos sobrio de los espartanos y la exceso posmoderno de Jerjes y su monstruoso ejército, violencia de videojuego, música eficaz., etc. Una combinación de elementos que crean un clima hipnótico subyugante. Alguno ya la ha visto cuatro veces y sigue con ganas de repetir.

Pero, creo que lo más les fascina es el crescendo épico de la historia, a pesar de que muchos han señalado que su desarrollo está lastrado por escenas innecesariamente infladas y por un barroquismo artificioso y frío. De todos modos, y pese a esos déficits narrativos, el aliento heroico sigue siendo innegable y los chicos –las chicas no tanto- conectan en seguida con ese desbordamiento de energía que se , por una gran causa.

No se trata de héroes divertidos, ocurrentes, zumbones y algo canallas (posmodernos). Ni de héroes atormentados en pugna solipsista consigo mismos (existencialistas). Ni de perturbadas máquinas de matar (psicópatas fascistas), pese a que los espartanos lleguen a parecerlo. Se trata de hombres que no quieren rendirse y están dispuestos a llegar hasta el final por defenderse de la tiranía. Aunque, más allá de la causa por la que luchan, quizás lo que más magnetiza a los adolescentes es su disposición a arriesgar la vida y a morir matando.






¿Algo siniestro y deleznable?. ¿Una apelación a la rancia masculinidad reprimida que todavía habita en las almas adolescentes? ¿El mensaje de siempre para que los chicos sigan siendo los de siempre?.

¿O bien un ensueño nostálgico más de una masculinidad irrecupereble? ¿Quizás de la plasmación del enfermo universo onírico de los hombres? ¿Es Jerjes el representante de nuestra perversa y oscura masculinidad frente a la masculinidad disciplinada y apolínea de Leónidas?.¿Se trata de una ficcionalización machista y neoconservadora del “trío de los Azotes” –así lo ve “Taifas” en un foro sobre la película (libertadenlared.puntoforo.com)-?.

Me ocupaba en estas reflexiones, cuando descubrí las declaraciones de Loretta Napoleoni en "La Vanguardia" (jueves, 17 de mayo), en las que señalaba que los enclaves europeos que más terroristas suicidas suministran al yihadismo son aquellos en los que los musulmanes han conseguido un mayor nivel de integración. En general, se trata de jóvenes de segunda generación que, hastiados por el tedio y el consumismo de Occidente, idealizan el Islam y encuentran un sentido a sus vidas en la lucha terrorista.

Recordé entonces un reportaje de la exposición sobre “Las Maras”, que actualmente puede contemplarse en Madrid. Los mareros son jóvenes marginales de la América hispana que se organizan en bandas y se entregan a una violencia orgiástica, difícil de entender en nuestro entorno. En la "Mara", con su sumisión al líder, sus territorios “ocupados”, sus tatuajes laberínticos, su iconografía punk y hiphopera (al estilo Jerjes), sus grafitis funerarios, su peculiar jerga, su religiosidad sincretista o su compañerismo solidario, estos muchachos encuentran una identidad que les permite escapar al aislamiento (“mejor andar con la Mara que sólo”, dicen). Pero, lo que realmente actúa como gran reclamo es su invitación a “La Vida Loca” –así la llaman-, es decir, al placer inefable de jugar con la propia vida y la ajena, dando rienda libre a su resentimiento y crueldad. Ellos mismo provocan el conflicto enfrentándose a bandas rivales, provocando a la policía. Sus catarsis se completan con terribles sacrificios rituales de borrachos o prostitutas (les cortan el cuello y beben su sangre “purificadora”, más información en el "Abc del Artes y la letras", 796, 5 de mayo de 2007).



Y surgieron las nuevas preguntas: ¿Será que la necesidad de lucha está inscrita con tanta fuerza en el código genético masculino que los hombres no consiguen escapar a su dictado y si no encuentran motivos por los que arriesgar su vida, acaban por inventarlos? ¿No es una empresa vana intentar conformar nuevas masculinidades que inhiban su agresividad? ¿No es un error negar esta dimensión de la psique masculina?

Hace algunos años, la novela "El club de la lucha" de Chuck Palahniuk, llevada después al cine por David Fincher (1999), nos enfrentaba a la vida de un muchacho insomne que, disgustado con su vida y su trabajo, acababa siendo arrastrado por un misterioso Tyler Durden a participar en un club secreto, donde se practicaba una terapia muy particular: pegarse con los puños desnudos. El club acaba convirtiéndose en el embrión de una organización secreta llamada “Proyecto Manhem”, cuyo objetivo era derribar la civilización consumista en la que vivimos inmersos. Las frases cargadas de resentimiento y de feroz violencia de Tylor Durden se suceden en cascada a lo largo del film y propician una constante catarsis liberadora de la frustración y la agresividad acumuladas por sus seguidores...

"Sentía ganas de meterle una bala entre los ojos a cada panda que se negara a follar para salvar su especie. Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y llenar de crudo todas esas bonitas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo."



La tozuda realidad nos demuestra que los chicos viven una explosión de energía al llegar a su adolescencia que, de no encontrar cauce, actúa como una verdadera bomba de relojería y convierte la frustración primero en agresividad y, después, en violencia descarnada, patológica, destructiva. Cuando este ciclo se inicia, la memoria filogenética parece propiciar recorridos recurrentes: tribalización, exacerbación identitaria, territorialidad, gregarismo, afirmación mediante la intimidación y el asesinato.

La pregunta es si el camino correcto es negar la agresividad, ignorar los desbordamientos de energía adolescentes y reprobar todo cuanto sea sospechoso de encubrir violencia, competitividad o estrategias de dominación. Porque eso es lo que hacemos desde la corrección política: negar sin afirmar, rechazar la agresividad sin ofrecer cauces a la energía acumulada. Confiamos, al parecer, en la emergencia de una nueva masculinidad liberada de tales lastres. Mientras tanto, el globo sigue hinchándose y pudriéndose.

Pero en lugar de negar la agresividad, ¿no sería mejor partir de ese cúmulo de energético y positivizarlo? ¿Cómo? Lorentz hablaba de conseguirlo mediante actividades de tipo competitivo, que permitieran una descarga catártica de agresividad como hace el deporte –lucha sublimada- y muchos le hacen caso, a pesar de que no faltan quienes condenan la agresividad dominadora que encubre. Otros optan como mal menor por tolerar el contacto con la violencia ficcionalizada, a pesar de la insistencia de algunos expertos en denunciar esta peligrosa opción, porque en lugar de liberar los impulsos violentos tienden a acrecentarlos. Maffessoli sugiere aprender de nuevo un saber olvidado: el de la ritualización de la violencia como forma de homeopatización. De hecho es lo que hacen los jóvenes de forma espontánea y desordenada a través de las pandillas o de las tribus urbanas, que según Maffessoli ofrecen en una respuesta lógica a la pretensión artificiosa de vivir como si los hombres pudieran desprenderse de su agresividad...

"En toda la cuenca mediterránea existe la tradición de saber ritualizar la violencia, y Francia actualmente ya no sabe hacerlo. Por ejemplo, hace algunos años me rebelé contra la ley que impide hacer novatadas a principio de curso, novatadas que a veces son violentas, escatológicas. Para mí, la prohibición muestra claramente la locura de una sociedad que tratando de eliminar toda violencia, potencia su reaparición explosiva. No soy profeta, pero, en mi opinión, estos hechos vandálicos (revueltas de 2005) volverán a ocurrir. Podemos predecir que en esta vida “aseptizada”, de vez en cuando, inesperadamente, se van a producir arranques vitales y enérgicos." ( Entrevista en "El País Semanal", 08-01-2006 http://es.geocities.com/sucellus25/3154.htm)

Las nuevas tribus según Maffessoli nos están trasmitiendo un mensaje: el individualismo del repliegue narcisista está agotado. Poco puede conseguirse invitando a los jóvenes a encerrarse en su privacidad y a consumir pacíficamente. Las tribus recuperan el valor de “lo próximo”, el sentido de lo comunitario, de un ámbito donde dar sentido a las energías.

Y lo cierto es que realizamos pocos esfuerzos por favorecer el nexo entre los jóvenes y entorno emocionalmente próximo, por el que valga la pena comprometerse y luchar. Más allá de unas admoniciones genéricas a la bondad, a la paz y a la bondad, los chicos se encuentran con unos adultos huidizos que no saben salir de su mundo y que compran su silencio abdicando ante sus excesos y financiando sus caprichos. La onda abdicatoria alcanza dimensiones tan colosales –familia, escuela, instituciones, medios de comunicación, etc.- que frenar su impulso o sustraerse a sus efectos resulta extenuante para cualquiera. Bastantes dudas tenemos ya los adultos, como para proponerles convincentemente causas por las que luchar. Hemos perdido la convicción necesaria para establecer límites y sólo fingimos autoridad ocasionalmente, sugestionándonos con nuestra impotencia frente a una “internacional juvenil” (Alberoni) indomesticable.

Recuerdo ahora la película "Thirteen". Narra la vida de una chica cuya adolescencia explosiva choca con los patrones de conducta buenistas y permisivos de la madre, incapaz de frenar su dramático extravío. Un descarrilamiento que, en el caso de las chicas, tiende a convertir la agresividad en experiencias límite y violencia autodestructiva.


La “verdad incómoda” es que mimamos y sobreprotegemos a nuestros niños, pero abandonamos a nuestros adolescentes, negándoles el alimento que más necesitan. Se trata de una carencia que ni el botellón, ni las tribus pueden colmar. Y la explosión de energía adolescente sigue ahí, esperando causas que le den sentido y con las que comprometerse.

jueves, mayo 17, 2007

Feminismos

“viure cómodament a costa d'un altre home abans que esforfar-se per la veritable independencia “

Una sentencia retira la pensión a una mujer separada por tener pareja estable

La Sección 18 de la Audiencia de Barcelona ha dictado una sentencia en la que considera que puede considerarse "convivencia marital" la situación en la que cada integrante viva en su domicilio o lo compartan algunos días, si existe la voluntad de ser una pareja estable y si se producen los "sentimientos de exclusividad afectiva y estabilidad emocional con vocación de continuidad".

El tribunal realiza estas consideraciones en una sentencia que deniega el derecho de una mujer divorciada a seguir recibiendo una pensión compensatoria de su ex esposo por existir una relación afectiva posterior que puede calificarse de "convivencia marital". El Código de Familia catalán establece que en esos supuestos cesará la citada prestación económica. Añaden los jueces que es irrelevante si se mantiene aquella relación y que lo trascendente es que existió.

El tribunal razona que "frente al rigorismo exigido antaño y atendida la realidad social del momento", ha de considerarse que en la sociedad actual "existen distintos tipos y modelos de convivencia". Los jueces añaden que puede calificarse de "marital" toda aquella convivencia que tenga "visos de cierta estabilidad" y que lo trascendente no es vivir juntos, "sino la existencia de una relación sentimental" y la voluntad de ser pareja estable.

El País, PERE RÍOS - Barcelona - 11/05/2007



Carta a La Vanguardia

Dones i divorcis

Hi ha hagut moltes respostes irades per part de moviments feministes arran de la sentència de l'Audiéncia Provincial de Barcelona que reconeix com a parella estable aquella que no conviu sota el mateix sostre i suprimeix així la pensió compensatoria que l'exmarit devia a l'exesposa. Es diu que la sentencia penalitza la possibilitat de refer la vida de la dona en qüestió. I a qui penalitza pagar una pensió de per vida o durant molts anys, malgrat hi hagí hagut un canvi important de circumstàncies?

Jo també em considero feminista. Lluito per poder ser lliure. Lliure per decidir si estic sola o acompanyada, per poder ser mare i poder treballar alhora, per ser autosufícient. Es cert que una separació no volguda pot ser emocionalment molt dolorosa i econòmicament catastròfica quan la dona no es independent professionalment. Per aixó, les dones hem de lluitar per exigir dels poders públics que el nostre accés al treball sigui possible amb totes les garanties possibles i mai no ser deutores de les pensions de qui ja no ens estima. Aixó crea una altra injustícia per als homes i les feministes aixó no ho volem. No vull pensar que per a algunes dones és més pràctic cobrar una pensió, fer veure que viuen soles, inflar les pensions per aliments per als filis i viure còmodament a costa d'un altre home abans que esforçar-se per la veritable independència.

NURIA VERDÚ

La Vanguardia, MARTES, 15 MAYO 2007, Barcelona

martes, mayo 15, 2007

Los tíos y las tías según Porta y Chojín

Viajaba en autobús, absorto en mis cavilaciones, cuando oí rapear a unos quinceañeros –chico y chica- que viajaban detrás. Asombrado por la crudeza del contenido, les pregunté quién era el autor. “Porta” -me contestaron-, “un rapero de Barcelona que tiene unos 18 años. Nos gusta mucho”. Otro de 14 años terció en la conversación disintiendo: “A mi no. Es un niñato mimado que lo único que quiere es provocar. Además, es muy monótono. Todo suena igual. A mi me gusta Chojín. Es mucho mejor”. No recibió respuesta de los fans de Porta, sólo una mirada desdeñosa.

Todavía conmocionado por el contenido de la canción –tengo una hija de 13 años-, al llegar a casa me dediqué a localizar la letra que ahora os reproduzco. Si estos son los guiones de género que siguen nuestros infantes para elaborar sus emociones y encauzar su sexualidad, desde luego tenemos trabajo...






Las niñas unas guarras pero los tios unos cerdos
(con May)


Las niñas ya no comen chuches,ahora comen pollas,
van a la moda con Samblancat,12 años y ya follan,
no es normal,pero es lo que ahora se lleva,
como papa no les deja llevar piercing se lo ponen de pega.
Y que mas da si su mente es mas corta que sus minifaldas,
llevan tanga y las guarras se van de compras con mama,
se van al up y down haber si se triunfan alguno,
y poder fardar con las amigas,4 me han tocado el culo.
Son infieles ya por naturaleza
claro,y luego encima se quejan si su novio les deja,
les va la lefa,algunas dicen que soy machista,
señoritas,salid un finde,veréis que soy realista.
No os piquéis pero os copiais y parecéis todas iguales,
rubias morenas pelirrojas,comen pollas a raudales,
un grupo de amigas juntas..pff es insoportable,
son mas plastas que las ex que siempre serán follables.
Viernes todas pa la disco pa bailar el reggeton-ton,
que os viene el subidon zorra restriega tu pandero,
20 horas arreglándose echándose todo el pote,
ponte escote que se noten bien tus excitantes dotes.
Ya no se juega con Barbies,ahora hay que ser rebeldes,
papas ustedes sabrán que su hija de todo menos los deberes,
se saben abrir de piernas y de mente son cerradas,
especial dedicación,pa todas,sois unas guarras.

(Pero que dices gilipollas!! Tio tenías que ser)

Sexo alcohol drogas y farra,solo queréis fiesta,
anoche con resaca follaste y ni te diste cuenta,¿recuerdas?,
van de juerga,de pesca,pa ver si algo en su red cazan,
mientras a otras lo unico que les preocupa es si adelgazan.
Esta de moda lo Playboy y rajarse los brazos,
¿para llamar la atención?,la anorexia es pa que te hagan caso,
las niñas que se arreglan suelen ser las mas feas,
implantate silicona,ponte tacones aunque duelan.

[Estribillo]

A cuantos mas tíos conozco,mas quiero a mi perro (May)
los tíos de hoy en día son todos unos cerdos (May)
pero si vosotras a la mínima os bajais las bragas (Porta)
las niñas de hoy en día son todas unas guarras (Porta).(x2)

(May)

Los tíos son unos cerdos,
lo que a las tías nos falta de falda a ellos les falta de cerebro,
cuando empiezan con si chica nunca muestran su lao chulo,
(pa chulo chulo mi pirulo),que te den por culo.
Te venden una imagen y después son lo contrario,
se cree el mas triunfador y luego es el tonto del barrio.
Que plastas,que pesados,hacen fuerza marcan brazos,
te dicen (toca toca) y añaden (voy al gimnasio),
se hacen fotos sin camisa pa después poder pasar,
y si hay que hablar de los tamaños del tuyo mejor no hablar.
Fardas de lo que careces,¿una discapacidad?,
pon mas escusas,que tenerla así no es tu culpa,¿verdad?,
que la tienes corta,¿eso es un trauma para ti?,
estas acomplejado el tamaño importa,¿porque mentir?.
Pa marcar los musculitos camisetas de tirantes,
estoy harta de niñatos que se creen interesantes,
corre chaval date prisa,maquea tu motito,
vete a la tienda de Footlocker a comprarte un modelito.
Muelles o TN que es lo que hoy día se lleva,
con el detalle del cordón te quedas con la peña,
y en la disco es pa flipar lo que se hace para fardar,
llevan puestas las gafas de sol,¿pero el sol donde esta?.
Cuenta a tus colegas a cuantas tías te has tirado,
divídelo por tres y tendremos el resultado,
¿2 cosas a la vez?,para ellos imposible,
su inteligencia para mi hasta hoy es como invisible.
Egocéntricos y piensan que siempre llevan razón,
pobrecillos les da gusto solo el follar sin condón.
Un grupo de tías juntas,¿es insoportable?,
pues un grupo de tíos juntos es tan deplorable,
a que no tienes huevos de,(¿que no?,¿que?),son subnormales,
ves y pide personalidad para estas navidades.
Entre todos tus amigos tu tienes que destacar,
y no por ser tu mismo si no por aparentar,
busca alguien que este solo y dale el palo,
siempre y cuando vayas con tus colegas al lado,esta claro.
Van de duros y cuando les dejan todos lloran,
pero no es lo mismo si no están contigo a solas,
hay que joderse con los tíos de hoy en dia,
te dicen (yo te quiero) y piensan (me la follaría).
El sexo para ellos es una necesidad,
los tíos si servís para algo es solo para follar,
si claro,vosotros la fuerza,
nosotras la inteligencia y el placer de daros puerta.

[Estribillo]

A cuantos mas tíos conozco,mas quiero a mi perro (May)
los tíos de hoy en día son todos unos cerdos (May)
pero si vosotras a la mínima os bajais las bragas (Porta)
las niñas de hoy en día son todas unas guarras (Porta).(x2)

(Porta)

Superficial,es total,osea da igual,
di que tu eres diferente,que eres especial,
bah,no me seas egoísta,
¿alguna vez has pensado en alguien que no seas tu misma?.
Engáñate,hazte la distinta,tus pintas de megaguarra,
pasas fotos desnuda haciendo posturas desproporcionadas,
cerda,en la webcam solo te enfocas a las tetas,
buscáis fama,dinero,pollas y un futuro sin metas.
Todo el barrio te conoce,pero no solo de vista,
juegas con los tíos solo pa tenerlos en tu lista,
los tíos son triunfadores,pero las tías zorras,
buscáis hacerlo sin condón y que además dentro se os corran.
Quien se de por aludida..ejem,solo buscáis sexo,
tu novio que sea mas grande tenga coche y no tenga la eso,
es un malote,si no tienes lo qie quieres te mosqueas,
tienes novio y por el messenger con cualquiera tonteas.
El jugador también forma parte del juego tenlo presente,
conmigo alguna lo intento pero paso a ser mi juguete,
colorete pal moflete pa estar mas wapa o mas mona,
pintalabios pa marcar la polla que esta noche comas.
Una tía solo se fija en si uno es guapo o esta bueno,
¿que os fijáis en los ojos?,el culo es lo primero,
¿luego en la sonrisa?,y en realidad es el paquete,
si papa no te deja salir de fiesta escápate.
Hazte un tatoo guapo,que no se note si haces los cuernos,
conoces a una tía al primer día ya te dice,¿te quiero?,
poned fotos raras en vuestro querido fotolog,
pon paranoias que ni tu misma entiendes en tu blog.
Dale don dale,no,dale donde duele,
no te creas sus mentiras,no dejes que te las cuelen,
te pasan una foto increíble y dicen,¿en esta salgo mal?,
y es que ser una niña guarra hoy en día es lo normal.

[Estribillo]

A cuantos mas tíos conozco,mas quiero a mi perro (May)
los tíos de hoy en día son todos unos cerdos (May)
pero si vosotras a la mínima os bajais las bragas (Porta)
las niñas de hoy en día son todas unas guarras (Porta).(x2)





Sin palabras. ¿Y Chojín?. Al menos, algo menos "fronterizo". En comparación incluso resulta cursi.


Canción: Sexo

Vigila tu boca,
Mis oidos son esponjas,
Tu rap de vino y rosas,
Yo jarcor de piel y esposas,
Ahora comprendo porque el mundo está muriendo,
Demasiadas guerras, hace falta sexo.

Se que es algo místico,
Pero esto no llegara a ningun puerto si no le pones un poco de amor físico,
Deja que te coloque, que te toque,
Que le de al botón que haga que te escuche todo el bloque,
Se hacerlo,
La alternativa a la telebasura es el sexo,
Estamos de acuerdo y "sucio" solo es un concepto
Hagamos eso que no has hecho,
Cuéntame con señales y algun que otro pelo tu oscuro deseo,
Cuando la ropa sobra, el corazon se acelera,
Pom, pom es el bombo de mi canción,
Respira hondo bombón,
No hay nada sucio en dos cuerpos desnudos en uno,
Lo sucio está en ver lo que hemos hecho al mundo.
¿Por qué secuestran a una escuela y matan niños?

Dios mio, ¿Qué es eso?
Hace falta sexo.

Cuando te veo desnuda daría mi alma inmortal,
por tener un par de manos más,
No lo contemos por veces,
Dejemos que los dedos jueguen,
Los labios besen, y las lenguas se enreden,
Sube la temperatura, mis manos en tu cintura,
Un cohete apuntando a la luna,
Paciencia, con un toque de dulce violencia,
No hay prisioneros en la guerra,
Aunque te ate con seda a la cabecera mientras se consumen las velas,
Y dejas que tu hombre haga que tiemblen tus piernas,
Te lo daré como lo quieras,
Te vea o no la cara, se que estas seria, aunque no preocupada.

Benditos mordiscos,
Un viaje gratis al cielo sin movernos del sitio,
Después si quieres te acaricio y te llamo cariño,
Ahora mi lengua solo sabe decir cosas feas,
Estoy a mil y no oigo cuando me concentro,
la solución a todo se llama sexo.

Vigila tus gestos, que mis ojos son esponjas,
Tu dices que estás gorda, pero yo te veo preciosa,
Contribuyamos a hacer un mundo mas bello,
Ven conmigo bonita, hace falta sexo.

Padres, madres, no me censuren,
El sexo es vida, y la vida es bella,
Es mejor que se preocupen de educar en el arte de amar a sus hijos...

Amiga, disfruta de tu cuerpo sin perderte el respeto,
El sexo es bello, si, pero el sexo no es un juego,
Si no estás preparada, no hagas nada,
Si no hay condones mejor volver a casa a dormir mojada,
El respeto que te tengan, empieza por el que tu te tengas,
Elige, y no te vendas,
Me he dado cuenta de porque no nos queremos,
Tu camisón roto en el suelo,
Hace falta sexo.

Vigila tus gestos, que mis ojos son esponjas,
Tu dices que estás gorda, pero yo te veo preciosa,
Contribuyamos a hacer un mundo mas bello,
Ven conmigo bonita, hace falta sexo.

Vigila tu boca,
Mis oidos son esponjas,
Tu rap de vino y rosas,
Yo jarcor de piel y esposas,
Contribuyamos a hacer un mundo mas bello,
No apagues la luz, ¿vale?, quiero verlo.

...

Outro

-Mentis.
-¿Qué decís?
-Mentis, y vos de vos os reís, como yo me río de vos.
-No comprendo que decís.
-Será porque no querís, está claro vive Dios.
-Siempre fuistéis enigmático, y epigramático, y ático, y gramático, y simbólico.. Y aunque os escucho flématico, sabed que a mi lo hiperbólico no me resulta simpático..



Según la web donde aparecen: las letras de canciones pertenecen a sus autores y se muestran aquí por motivos educativos.

Autoestima narcisista

Me congratula descubrir que en su último libro, Luis Rojas Marcos desmitifica un poco la noción de autoestima, uno de los pilares esenciales de la mayor parte de las obras de autoayuda y de la pedagogía al uso. Reconoce Rojas Marcos que ningún estudio ha podido avalar la tesis de que la violencia y las conductas delictivas o antisociales encuentran un sustrato favorable en las personas que tienen un bajo concepto de sí mismas. Sin embargo, sí parece demostrado el fuerte vínculo entre esas conductas y las personas con elevado concepto de si mismos y un fuerte componente narcisista.

Al parecer, a finales de los ochenta el gobernador de California, George Deukmejian y el congresista de origen portugués John Vasconcelos llegaron a promulgar en California una ley sobre la autoestima, con el respaldo del Star System hollywoodiense, que contribuyó especialmente a poner de moda el término, aunque los resultados prácticos fueron nulos. Lo explica Rojas Marcos en La autoestima. Nuestra fuerza secreta y lo comenta Nativel Preciado en Tiempo (http://www.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=40772&idseccion_PK=630&h).


No parece que el crimen, los malos tratos, la drogodependencia o el fracaso escolar puedan combatirse enseñando a los jóvenes a estar encantados consigo mismos pase lo que pase, que en eso estamos. Calígula, Jack el Destripador, Idi Amin o Sadam Hussein se querían mucho a si mismos.

No, tampoco propongo hundir a los jóvenes en el autodesprecio y el autoodio, aunque no me parecería mal algún chasco proporcionado de vez cuando, alguna frustración productiva. No, lo que yo propongo es simplemente poner en el horizonte otras nociones como las de autodominio, empatía, respeto o autorespeto.

Los expertos están muy preocupados por la proliferación de conductas agresivas directas que ya son intergénero: se dan tanto en chicos como en chicas (hasta ahora en las chicas la agresividad era casi exclusivamente indirecta). El diagnóstico apunta a un cóctel de sobreprotección, falta de límites, impulsividad, intolerancia a la frustración y elevada autoestima narcisista.

Más datos...

Aspecto físico y autoestima

En 1995, Edward F. Diener y Brian Wolsic de la Universidad de Illinois, junto con Frank Fujita de la Universidad del Sur de Indiana, compilaron una serie de respuestas sobre autoestima que incluía fotografiar a los entrevistados por separado. Un jurado evaluó a los sujetos por su atractivo físico y no encontró relación entre la apariencia del individuo y su autoestima.

Rendimiento académico

En 1986, Sheila M. Pottebaum, Timothy Z. Keith Stewart W. Ehly, todos entonces en la Universidad de Iowa, interrogaron a 23 mil estudiantes de preparatoria. Sus resultados no indican que la autoestima represente un gran beneficio académico. Incluso algunos resultados mostraron que enaltecer artificialmente la autoestima puede propiciar un rendimiento académico más bajo. Resultados similares ocurren en relación a promiscuidad sexual o el uso de drogas y alcohol.

Agresión

Dan Olweus de la Universidad de Bergen no pudo demostrar la vieja idea de que debajo de la apariencia del duro y pendenciero, se oculta una gran inseguridad. Aparentemente los agresores muestran menor ansiedad y más confianza en sí mismos que otros niños. Algo similar parece ocurrir con los adultos.

Autoestima y felicidad

En 1995, Edward F. Diener halló entre 13 mil estudiantes de universidad que la autoestima es el mayor factor en generar un sentimiento de satisfacción ante la vida. La felicidad, entendida como la carencia de depresión, parece tener mucho que ver con la alta autoestima. Algunos sugieren que la relación casuística (definir cual es la causa y cual es el efecto) podría no ser correcta. Se sugiere que la felicidad, con su impulso a sentirse bien, aumenta la autoestima.

http://es.catholic.net/psicologoscatolicos/435/2428/articulo.php?id=28067

domingo, mayo 13, 2007

Las batallas necesarias

El buenismo incapacita a las personas para asumir su dosis de maldad y manejarla. Algunas se rompen cuando chocan con la maldad ajena (violencia, traición, infidelidad, deslealtad, doblez, manipulación, mentira, egoísmo...) o con la propia (impulsividad, agresividad, concupiscencia, pasividad, engaño, indiferencia, ignorancia, egoísmo, acciones destructivas, conductas de riesgo, degradación...) y se sumen en un estado de perplejidad y/o se deprimen. Otros se dejan invadir por emociones negativas (odio, ansias de venganza, deseos de hacer daño, bloqueo del sentimiento de culpa, desresponsabilización y culpabilización a otros de los propios errores, etc) y las niegan buscando cualquier tipo de argumentación – inconsistente y banal, la mayoría de la veces- que les permitan racionalizarlas y hacerlas soportables.

Muy pocos se enfrentan con el lado oscuro propio o ajeno y, sin falsos atajos ni huidas cobardes aprenden a manejarlo y reconducirlo. Muy pocos dan la cara al mal y le hacen frente con determinación, paciencia e inteligencia. Priman otras estrategias: la autoindulgencia, las doctrinas autocomplacientes, la búsqueda de subterfugios que nos liberen del malestar interno, las adicciones, el escapismo, etc. Se trata de maniobras distractivas insatisfactorias, que siempre reclaman una “todavía más” para aplacar nuestro dolor.

El propio sistema educativo hay caído en esa trampa y ha renunciado a la sabia confrontación homeopática de los alumnos con su propio mal, que antes ocupaba tantos instantes de los hogares y la escuela. Nuestros jóvenes están desarmados porque los “comprensivos” adultos que les rodean no les enseñan a dominar su impulsividad, a llamarla por su nombre, a no autoexcusarse con racionalizaciones vanas. Se han impuesto una peligrosa cultura de la indulgencia paterno-docente y de la sobrestima narcisista juvenil, que ya está produciendo lamentables frutos en medio de la perplejidad y la impotencia de los adultos.


Baumann pone el dedo en la llaga, cuando señala que uno de los grandes negocios actuales es producir subterfugios para combatir el miedo que la propia inercia del capital alimenta de un modo perverso. La industria del miedo se convierte así en un negocio infalible, porque los suministros de miedo se renuevan y acrecientan constantemente. Pues bien, otra gran industria es la de la consolación y del escapismo. Fabricar “juguetes” (objetos fascinantes, pseudoideas, terapias, tec) para enjanarnos y huir de nosotros mismos, del mal que albergamos y que generamos, es otro gran sector en expansión. Pero, no nos engañemos, estamos hechos para la lucha y las energías se nos pudren entre las manos cuando no libramos las batallas necesarias.

jueves, mayo 10, 2007

"Evitar el Fin del Fin"

En mi vida había encontrado una síntesis tan concisa, alternativa y radical de la visión de la historia y de la civilización occidental como la que ofrece la Junta de Extremadura en su Guía del Mundo 2007. Tiene la virtud de reunir ágil y armoniosamente todos los lugares comunes de los llamados movimientos sociales “progres” (antiglobalización, feminismo, indigenismo, etc,) en un texto que merecería un lugar de honor en cualquier antología catequética. La reproduzco en parte y que cada uno juzgue...


La Historia y lo que oculta la globalización

De creer lo que Francis Fukuyama, asesor del gobierno de Estados Unidos, acuñara en un panfleto a inicios de la década de 1990, en este siglo XXI, estaríamos viviendo el "Fin de la Historia". Se trataría del tiempo del fin de las edades y las naciones, que han de disolverse necesariamente en una comunidad global que ha resuelto sus diferencias, y por lo tanto, su historia.

La Historia, básicamente, es la herencia de la narrativa bíblica: en ella, el tiempo es lineal y tiende hacia un fin (en el caso bíblico, el juicio final y el cese del tránsito por "este valle de lágrimas" al que fueron deportados los humanos tras el pecado original). Esta es una noción patriarcal, que no coincide con la idea femenina de tiempo, regida por los ciclos menstruales, ni con la de la gran mayoría de los pueblos con narrativas que no proceden de la semítica, que prefieren concepciones también circulares. Así, por ejemplo, era circular -basada en los ciclos de la naturaleza- la ordenación del tiempo por parte de los miles de pueblos que vivían en el continente que finalmente fuera llamado América por los conquistadores europeos. Algo similar ocurre con la de los africanos que fueron sometidos por Europa y el Islam, mientras sigue su marcha el ciclo de reencarnaciones de varias culturas de la India.

La civilización occidental

La civilización occidental, al llevar adelante la mundialización, ha impuesto asimismo su propia narrativa, su forma de ordenar el tiempo y, con ella, su modelo de explotación del planeta. En este sentido, la narrativa de la Historia es directamente del agotamiento de especies y reservas naturales que, de no corregirse el rumbo, pronostican que sí habrá un Final de los Tiempos. Para encontrar alternativas a esta amenaza se hace imprescindible que los pueblos del Sur reafirmen su diferencia histórica y brinden alternativas al modelo agotado.


Historia y tecnología

Un elemento a la vez cultural y tecnológico, como es la escritura, es lo que, dentro del modelo occidental, marca el ingreso a la Historia. Es decir, Occidente entiende por prehistoria aquella edad en que los humanos carecían de escritura, y por historia su capacidad de documentar escrituralmente su pasaje por el mundo. Como a partir del siglo XV y XVI los conquistadores europeos se encontraban con pueblos que guardaban sus tradiciones de forma oral, y no escrita, pasaban a considerarlos "pueblos sin historia". Lo que equivale a decir que la mayor parte de la población del planeta, de acuerdo a este modelo, vivía en condición ahistórica, y su conquista y sometimiento, siempre según este modelo, marcaba su ingreso a la Historia y a un mundo con teleología, es decir, con finalidad.

El "progreso"

En el siglo XVI, Nicolás Machiavelo formuló un cambio dentro de la narrativa de la Historia. El hombre pasaba a ser su "agente", es decir, quien la decidía. Ya la narrativa no era de Dios, sino del Hombre. Con el imperialismo europeo del siglo XVI, además, comenzó a imponerse a gran escala la explotación de los recursos naturales sin respetar los ciclos: cavar la tierra para buscar metales preciosos o retener en presas los cursos de agua para procurar oro fue consecuencia "natural" de la imposición del Hombre sobre la Naturaleza. Es decir, explotar los recursos sin importar el cumplimiento de los ciclos: el Hombre estaba ahí para ser artífice de su destino y del planeta, es decir, para hacer Historia.

En el siglo XVIII, el viejo modelo judeocristiano conoció una nueva deriva: amparada en la Razón y el progreso tecnológico, la Humanidad, fatalmente, debía alcanzar la felicidad. Georg W. Hegel, posteriormente, dio un nuevo giro a la sintaxis bíblica: la Historia no era más que la dialéctica entre el Amo y el Esclavo, y cuando la Idea se revelara a sí misma, la Historia encontraría su Fin. Karl Marx, a su turno, dio un nuevo giro: estábamos viviendo la Prehistoria, cuyo motor era la lucha de clases; cuando esta lucha viera fin, habríamos llegado -por fin- a la Historia.

De este breve repaso resulta obvio que lo planteado por Fukuyama no es más que una vuelta de tuerca a esta sintaxis: la comunidad global que habría resuelto sus diferencias, gracias al progreso tecnológico; hegelianamente, la Idea se reconoce a sí misma en la omnipresencia del capitalismo, y las historias nacionales (dentro de la sintaxis narrativa, el análogo al "valle de lágrimas" judeocristiano) se disuelven en el tiempo sin límites del mundo globalizado: en breve, con la mundialización habríamos llegado al Paraíso, esa edad sin Fin.

La falta de legitimidad

La precedente enumeración no tiene otro fin que señalar que estas teorizaciones sobre la Historia y la conceptualización del devenir no son más que brotes del mismo árbol judeocristiano, una sintaxis que, con variantes, se le ha venido imponiendo a todos los habitantes del planeta. En rigor, el agente que Occidente ha impuesto al planeta no es otro que la tecnología: la globalización, más que una "resolución de diferencias", y más que una edad, es la imposición tecnológica de un modelo, el de la instantaneidad. A fuerza de satélites, módems y computadoras, todos los rincones del mundo han quedado sujetos y, en buena medida, interdependientes: la mundialización, que comenzó en el siglo XVI con las aventuras mercantiles europeas, se completa de forma tecnológica. Es más, carece de toda legitimidad, más que aquella que señalara Jean-François Lyotard: la del preformativo cuya única validez es la de autoenunciarse. No existe ya una narración que pueda legitimar a la tecnología, porque ya no se cree que ésta conlleve, como se creyó hasta el siglo XX, felicidad.

Actualmente, el modelo funciona solamente a partir de su rendimiento: el desarrollo tecnológico de Occidente ha interconectado al mundo, pero el mundo ya no puede vivir sin tecnología. Dicho de otro modo, los países del Norte no necesitan ya de las coartadas ideológicas del pasado (conquistar para "civilizar", para "llevar el progreso" a esos pueblos caídos de la Historia) para someter al planeta. Ahora no hay legitimación, sólo interconexión tecnológica que, de por sí, está cargada de ideología occidental, porque fue producida según los parámetros de desarrollo de Occidente. La medida del tiempo, otrora para muchos pueblos regida por los ciclos de la naturaleza o las fases de los astros, devino la del instante, la del último momento de los noticieros o la actualización de Internet. Dicho de otro modo, se trata de la imposición del modelo lineal judeocristiano a través de la tecnología, ya sin discurso. Paradojalmente, las reivindicaciones que se puedan hacer a nombre de la "diferencia" nacional, quedan obstaculizadas por la dependencia al modelo de desarrollo tecnológico.

La salida imposible

Hasta el momento, "emanciparse" de Occidente parecería tarea ardua y radical, por ejemplo, como la que tomaran los talibanes en Afganistán (que el resto del mundo vio con sorpresa, desagrado, hasta que finalmente consintió en su aniquilación) prescindiendo de computadoras, de televisores y antenas parabólicas. Esto comportaba, no una "vuelta a la Edad Media", como insistiera Estados Unidos antes, durante y después de los bombardeos que derrocaron al régimen Talibán, sino un intento de escindirse de la Historia (es decir, de esta narrativa occidental) y de su última enunciación, ésa que fuerza al planeta a vivir en un mundo instantáneo. Con sus infinitas diferencias y discrepancias, el planeta no pudo sino ver en el intento de emancipación de los talibanes un episodio grotesco, por la sencilla razón de encontrarse ya por completo "occidentalizado", es decir, "simultaneizado", dependiente de la tecnología que exportó el Norte, y con ella, de la ideología que le dio vida.

Paradojalmente, dentro de un relato que carece de legitimación, el mundo parece haberse totalizado, como pretendía Hegel. La Historia se ha demostrado una narrativa potentísima, un mecanismo de sumisión casi inmejorable. Más aún, si se retoma el modelo mencionado más arriba, se podría decir que, de las edades del mundo, ha tocado a Occidente dar al planeta su circularidad y completitud (el equivalente a la hegeliana idea de sí) y de unificarlo. Pero no se trata del Fin de los Tiempos, a pesar de que el modelo occidental de explotación de recursos naturales está amenazando seriamente el planeta. Los saberes de aquellos pueblos que aprendieron a medir su transcurrir en consonancia con los tiempos de la Naturaleza (es decir, con sus ciclos, y no con una fin ulterior) son imprescindibles para evitar el Fin del Fin. Dependerá de los pueblos de este mundo, y precisamente de las estrategias a las que recurran para reafirmar su diferencia histórica, que el devenir recupere su sentido y, acaso, su legitimidad.

martes, mayo 08, 2007

Hombres paternales y masculinos

En una interesante entrevista publicada ayer en El Periódico, Inés Alberdi anuncia la emergencia de una nueva masculinidad, caracterizada por unir la emotividad paternal a una afirmación inequívoca de su virilidad. A mí el descubrimiento no me parece tan asombroso, porque en mi entorno siempre vi hombres implicados emocionalmente en el ejercicio de la paternidad y solidarios a nivel doméstico, pero admito que quizás viví una situación algo excepcional.

En cualquier caso, sí parece indudable que el hogar y los niños se han convertido en espacio de realización también de la masculinidad, y eso sí que es nuevo. Como comentan Ulrich Bech y Elisabeth Beck-Gernseheim en El normal caos del amor (Paidós,2001, p. 148) los hijos han pasado de ser una carga a convertirse en “una experiencia de sentido” a la que se asigna una función de beneficio psicológico (sensación de tener una responsabilidad, de ser competente, de ser emocionalmente necesario; satisfacción del deseo de arraigo, de proyección en el futuro, de donación; satisfacción de la necesidad de romper con la lógica técnico-científica del espacio público y de cultivar el lado natural; satisfacción de necesidad de cariño, sinceridad y cercanía). Los hijos y el hogar se han convertido en una de las últimas utopias a la que humanos dedican sus anhelos y desvelos. Se trata, sí, de un horizonte modesto para hablar de utopía, pero no tanto si atendemos a las expectativas que se han depositado en ella o la ansiedad con que se intenta hacer realidad (es una utopia plausible en tiempo real):

Las madres y los padres no dan desinteresadamente: quieren que los hi­jos les devuelvan mucho... Quieren ser educados por sus hijos. Los hijos y las hijas deben ayudar a los padres para que éstos puedan alcanzar su propio ideal del Yo de la esponta­neidad, sensualidad, naturalidad y creatividad. Aquí los padres no educan a los hijos, sino que los hijos educan a sus padres. Los hijos y las hijas encar­nan, en el más verdadero sentido de la palabra, el ideal del Yo de sus padres. (Weymann, citado por Beck)

En un mundo en el que se experimenta un especial desamparo, donde desaparece la fe en un más allá y las esperanzas del aquí se han revelado a menudo como pasajeras, el hijo anuncia también la posibilidad de dar sentido, contenido y arraigo a la propia vida. Se trata de una aspiración compartida por todos –y especialmente intensa en los sectores en los que la sensación de desarraigo es mayor- y no debería sorprendernos, por tanto, que los hombres quieran ocupar este espacio. Pero no nos engañemos, a los hombres les está costando mucho ocupar la esfera del hogar y no sólo por las inercias históricas que ha interiorizado (dependencia afectiva de la mujer, bloqueo emocional en la relaciones, inhibición doméstica, adicciones escapistas –trabajo, deportes, ordenador, etc.-), sino porque muchas mujeres no saben o no quieren ceder terreno en este ámbito. Los espacios íntimos viven una guerra de géneros, a veces sorda, a veces sonora, que no siempre se salda con negociaciones y acuerdos. Basta contemplar cómo aumentan los divorcios y con qué intransigencia muchas mujeres defienden las posiciones de privilegio sobre los hijos que la ley y los jueces les conceden.

La ensoñación doméstica posiblemente tenga algo de oscuro paliativo a la frustración de los sueños rotos y a la frialdad del individualismo consumista al que nos vemos abocados –ya hablaremos de ello y de sus consecuencias sobre la educación-, pero merece ser explorada por hombres y mujeres.

Para acabar, me choca la insistencia en que ese nuevo hombre es muy "masculino". ¿Qué significa ese rasgo de masculinidad?. ¿Alguien creyó que la naturaleza masculina podía volatizarse para dar lugar a una nueva categoría de género, a un ser quizás más andrógino, que se redimiese de su masculinidad feminizándose? Al parecer, sí. De ahí la sorpresa...



"Surge un hombre muy paternal y masculino"
El Periódico 7/5/. Entrevista con Inés Alberdi, catedrática de sociología de la Universidad Complutense.
"Surge un hombre muy paternal y masculino"
MARGARITA SÁENZ-DIEZ TRIAS

Los nuevos padres, esos jóvenes que deciden compartir a partes iguales con la madre la tarea progenitora, son el referente en Los hombres jóvenes y la paternidad, que ha editado la Fundación BBVA. Sus autoras, la socióloga Inés Alberdi y la psicóloga Pilar Escario, analizan esa tendencia, que es especialmente vigorosa en Catalunya, donde se registra el mayor número de padres que se han acogido al permiso de paternidad. El estudio parte de un nutrido grupo de varones que están abriendo caminos enriquecedores en la socialización del niño. "Están decididos a innovar", señala Alberdi.

¿Vuelven los hombres al hogar?

--Unos pocos. Empieza a ser más atractiva la relación con los hijos. Son una minoría de vanguardia.La competencia profesional, los horarios... No es fácil.--El problema es que el mundo laboral exige mucho, pero, como empieza a exigir igualmente a las mujeres, se abre una oportunidad para que la situación se flexibilice y sean los hombres los que estén más cerca de los hijos y del hogar.

Dice uno de sus interlocutores: "Tener un hijo impone un cambio de hábitos radical".

--Empiezan a haber bastantes hombres y mujeres que tienen sus razones para no tener hijos voluntariamente. Y eso me parece interesante. Un avance fantástico.

¿Instinto maternal, paternal?

--Creo que ninguno de los dos existe. En nuestra cultura hemos creído firmemente que existe el instinto maternal. Pero era para empujar a las mujeres; para que ni se atrevieran a decir que no iban a ser buenas madres. Lo interesante de ahora es que puede disfrutar de la paternidad o de la maternidad el que quiera.

¿Una imposición?

--Creo que el instinto maternal es una manera de hacer de la necesidad virtud. Estábamos abocadas a la reproducción, y cuanto más se valorara esa mística, mejor. Siempre ha habido mujeres con ganas de tener hijos y otras sin ganas. La diferencia es que hoy las que no quieren tener hijos o no quieren alumbrar más, lo hacen tranquilamente. De ese modo es más interesante, más rica, más satisfactoria, la maternidad.

Otro comentario: "Lo que sí envidio es que otros padres puedan ir a buscar a sus hijos a la escuela".

--Eso se está extendiendo entre los hombres jóvenes. Todavía son pocos, pero empiezan a pensar como tradicionalmente han pensado las mujeres.

Que es bonito, que quieren tener más tiempo para estar con ellos.¿Les da apuro expresar esos sentimientos?

--Hemos encontrado hombres muy cercanos a sus hijos, pero que tienen reparo en enseñar sus fotos en la oficina, por ejemplo, cuando a sus compañeras se les tolera sin problema. Por eso hemos tratado el tema en relación con la masculinidad. Cada vez surge con más fuerza un tipo de hombre que es a la vez muy masculino y muy paternal. A menudo, se ha confundido desapego afectivo y emocional con masculinidad.

Rescatan una imagen entrañable que estaba desdibujada.

--Y es que a veces no se les permite mostrar esa imagen. Ha habido protestas por parte de algún sector del empresariado, felizmente no todos, cuando hemos aceptado una nueva ley de igualdad en la que se instaura un permiso para todos los hombres que tengan un hijo. Es su derecho y su responsabilidad.

¿Está escrito el papel del padre en el desarrollo afectivo del niño?

--Nunca decimos "pobrecito" de un niño que no tiene el padre cerca. Y como se empiezan a ver niños que tienen a los padres cerca, su desarrollo afectivo, la seguridad en sí mismos, seguro que aumenta. Ese niño se consolida. Pero tenemos la costumbre de mirar solo el rol de las madres, de lo que enriquecen al niño, por supuesto. En el Norte de Europa hay algunos estudios del rol del padre en el ámbito emocional, del cuidado, de la cercanía. Eso acabará incidiendo en el criterio de los jueces de familia.--Cuando se rompe una pareja, si ambos quieren estar con los hijos, habrá que ir a la custodia conjunta y buscar soluciones nunca satisfactorias para los dos, pero mejores para el niño. Estoy convencida de que no podemos preferir siempre a las mujeres frente a los hombres para cuidar a los niños. Puede haber padres que estén más cerca de sus hijos.

¿Cómo asume la mujer la pérdida del protagonismo?

--Depende. A muchas mujeres les parece un enriquecimiento que el padre de sus hijos esté cerca, que comparta, que tenga cercanía emocional con el niño. Pero hay mujeres que seguramente pueden tener miedo a perder la prioridad en el único campo en el que han disfrutado del conocimiento, la tradición y el total apoyo social.

Se abre otro camino.

--Esos hombres jóvenes están innovando. Están abriendo un camino que a mí me parece muy enriquecedor. Y, como es nuevo, hay que ir inventando las propias normas, tanteando nuevas fórmulas.

lunes, mayo 07, 2007

Una noción luminosa: el pecado original

Una de las nociones más luminosas aportadas por la tradición judeocristiana es la de pecado original, porque nos sitúa eficazmente ante la indiscutible evidencia de la imperfección humana, vanamente obviada por los optimismos de la modernidad. Los más graves errores derivan de menospreciar nuestra enorme vulnerabilidad humana y de crear la ilusión vana de que se puede eliminar la precariedad de la condición humana.

Según el relato bíblico y la teología cristiana, tras el pecado original Adán y Eva y sus descendientes quedaron sumidos en un estado de enorme fragilidad, derivado de su nueva condición mortal, de su nueva proclividad a perder el control sobre si mismos -inmersos desde entonces en un marasmo de impulsos contradictorios-, y de la consiguiente dificultad para actuar de un modo elevado que les permitiese optimizar su naturaleza deficiente y ponerla al servicio de una vida aceptable. Desde entonces, sobreponerse a ese lastre, sólo podría conseguirse venciendo inercias e impulsos con un mucho esfuerzo y manteniendo ese combate con uno mismo hasta el final de los días. Sólo así cada ser humano conquistaría un aceptable dominio de sí, un cierto nivel de orden y equilibrio interno y podría ofrecerlo a los que les rodean (amor –compañía, afecto, comprensión, perdón, ayuda- , trabajo -actividad destinada a proveernos de los bienes necesarios para vivir dignamente, no para fabricar falsas necesidades y consolaciones engañosas- , sabiduría –valiosos aprendizajes compartibles- , educación –esfuerzo ímprobo por enseñar a los niños y las niñas a contener y dominar sus impulsos desordenados, a incorporar valores y aprendizajes importantes y a desplegar sus cualidades).

No se trataba de una perspectiva negativista, porque la Biblia y la tradición judeocristiana también insisten en los dones que el ser humano conservó. Según la teología católica los dones que se perdieron fueron los preternaturales (la ciencia –los conocimientos religiosos y morales esenciales sin necesidad de estudio-, la integridad –la sumisión espontánea de las pasiones a la razón-, la inmunidad –ausencia de dolor- y la inmortalidad) pero el ser humano siguió contando con dones excepcionales entre los seres creados como sus sentidos, su corporalidad, su aguda inteligencia –capaz de conocer el bien- y su voluntad –capacidad de vencer las inercias que le desestructuran y de escoger libre y creativamente la forma de realizar el bien. Para ello debía esmerarse en desarrollar hábitos buenos –virtudes- y abonar el terreno para que fructificase el don de Dios –la gracia-. Aunque el pecado original había introducido la inclinación al mal, el esfuerzo virtuoso, permitía sobreponerse a ese estado de precariedad y progresar en sus niveles de estabilidad.


Situados en esa perspectiva, nadie entendió que el espontaneísmo, el descontrolado despliegue de las propias potencialidades, el cultivo irrestricto de la autoestima o la autorrealización reflexiva de los egos sin más pudiera aportar más que ruido, guirigay, dersorden, encontronazos, frustración y conflictos. Tampoco nadie entendió que esa vulnerabilidad física, psíquica y moral pudiera superarse plenamente, a no ser en la otra vida. De hecho, el sacramento de la penitencia de los católicos venía a recordar que lo propio de la condición humana era acumular culpas y tropezones, caerse y levantarse hasta el último día. Convenía que cada ser humano se enfrentara periódicamente a sus errores, a sus desvaríos, que se acostumbrara a mirar cara a cara el mal que provoca en sí mismo y en los demás, no para hundirse en el desasosiego y la desesperación, sino para corregirse y seguir adelante.

Sin embargo, la modernidad se entusiasmó con los dones humanos y se olvidó de su deficitaria matriz original. Es más, se ha empeñado en convertir en naturales los dones preternaturales y situarlos ya en nuestros horizonte vitales (ciencia infusa, espontáneo dominio del yo, supresión del dolor, inmortalidad), proyecto que constituye el verdadero “currículum oculto” de la modernidad. En eso estamos –el mundo educativo es revelador al respecto-, consumiendo nuestras energías en un empeño que salda sus fracasos con mentiras, subterfugios y huidas hacia delante, mientras crecen las conductas impulsivas, las manifestaciones agresivas provocadas por megaegos narcisistas o la formas más enfermizas de escapismo (adicciones, situaciones de riesgo y emociones intensas, enajenación virtual, aislamiento –hikikomoris-, etc.).


Pero, hoy por hoy, el estudio del cerebro humano nos revela cuán acertada era en muchos aspectos la perspectiva tradicional que nos situaba ante un ser humano complejo y permanentemente proclive al desajuste, necisitado de una poderosa y decidida intromisión educativa. El neurólogo catalán Ignacio Morgado comenta al acabar su libro Emociones e inteligencia social (Ariel, 2007, p. 171):

Seguramente, todo el mundo está de acuerdo en que la educación emocional temprana debe servir para esti­mular los buenos modales, ... debería enseñar a con­trolar los sentimientos, no sólo, como diría Gracián, para ser prudentes, sino también para adiestrar al cere­bro emocional de tal modo que sólo se preocupe por lo que valga la pena: no es bueno pasarse la mitad de la vida preocupados por cosas que nunca llegan a ocurrir.
La educación, ...puede reformar, modificar y recalibrar las respuestas emocionales preexistentes, innatas o adquiridas. Si los sentimientos son percepciones de los cambios corporales, la educación puede afectar a los sentimientos cambiando esas percepciones. Por ejemplo, puede cambiar los senti­mientos de envidia, odio o celos, haciendo que los perci­bamos con menor intensidad al afectar al modo de con­siderar los estímulos que los producen. Lo grave no es que sintamos envidia o celos, pues somos humanos y no podemos evitarlo, sino cómo reaccionamos frente a nuestros propios sentimientos negativos. Hay quien los alimenta en lugar de considerar su naturaleza y buscar el modo de ver las cosas de otra manera. La educación emocional debería ayudarnos a proceder de manera con­veniente para saber superar sentimientos negativos, como el racismo, utilizando la plasticidad del cerebro para cambiar el rechazo ante lo ajeno por apreciación de la belleza y el valor de lo diferente. Puede hacerlo, sobre todo, induciendo tempranamente valores universales, como la responsabilidad y el respeto, la tolerancia y la solidaridad. La educación debe enseñarnos también a de­dicar más tiempo para pensar en nuestras propias emo­ciones y en las de los demás, lo que nos ayudará a com­prendernos y a comprenderlos. Todavía más, porque la educación emocional es capaz de condicionar no sólo las formas de percibir y expresar emociones y sentimientos sino también, en buena medida, el grado de inteligencia emocional que desarrollará un individuo.


Tal como dijimos en la introducción de este libro, las personas normales no pueden vaciar su mente de senti­mientos, pero pueden esforzarse para que esos senti­mientos sean mayoritariamente positivos y útiles. Como ha dicho el neuropsicólogo Antonio Damasio, lo mejor del comportamiento humano no se halla necesariamente bajo control del genoma. En la práctica el aprendizaje puede resultar lento y costoso, pero vale la pena inten­tarlo, porque vivimos en un mundo hostil, donde nada hay como las emociones positivas para disminuir el con­flicto y aumentar la cooperación entre las personas. «Sa­ber vivir es convertir en placeres lo que debían ser pesa­res», afirma Gracián (Af. 259). Aprendamos pues a uti­lizar la razón para cambiar los sentimientos negativos, para convertir el odio en compasión, la frustración y la aflicción en empeño por superarnos, la envidia en respe­to y admiración, y la soberbia en humildad.

Por cierto, en La Vanguardia del viernes 4 de mayo, encuentro el anuncio de un nuevo libro sobre los antimodernos. La lista es larga...


Compagnon reivindica a los artistas que se resistieron al progreso.

La Vanguardia, XAVIAYÉN, Barcelona. 4 de mayo de 2007.

Reivindicar la antimodernidad parece cabalgar contra la dirección del viento. Pero eso es lo que hace Los antimodernos, libro de Antoine Compagnon que aparece en España de la mano de la editorial Acantilado. Su autor es un hombre pulcro, que se toma un breve tiempo de reflexión antes de responder a algunas preguntas, y que explica: "Me ocupo de la madre de todas las paradojas: los verdaderos modernos, históricamente, son los antimodernos, los que se resistieron a su época".

Pero ¿qué es un antimoderno? "No es un tradicíonalista, ni un académico, ni un neoclásico, ni un conser-vador ni un reaccionario -aclara este profesor universitario de literatura-. Es una especie de moderno pero con una intensa conciencia nostálgica de lo que se pierde con la modernidad, aunque no llega a renunciar a ella. Es un dandi melancólico. El prototipo serían Chateaubriand y Baudelaire. Sartre acusó a Baudelaire de no ser un hombre de progreso pero, para nosotros, es nada menos que el inventor de la modernidad estética. Lo que sí vio bien Sartre es que Baudelaire 'avanzaba mirando el retrovisor'. Esa es una buena definición de antimoderno". Es decir, "reconocer el progreso científico y técnico, pero discutir las aplicaciones de la doctrina del progreso a las humanidades: Descartes no es abolido por Kant, ni Platón por los filósofos que le sucedieron. Ambos siguen vivos todavía". Proust es otro ejemplo de antimoderno: "Lo nuevo es lo viejo".


"El mismo Chateaubriand (1768-1848), nostálgico, católico y cosmopolita -prosigue el ensayista- se comprometió con la restauración monárquica de 1815, pero en realidad nunca tuvo la ilusión de que dicha restauración saliera bien, él defendía la monarquía por fidelidad al viejo orden del que procedía. Paradójicamente, fue el mayor defensor de la libertad de prensa. La monarquía no le hizo caso en ese punto y ese fue uno de los elementos que precipitó su caída".


El temperamento antimoderno es un elemento histórico cuyo inicio Compagnon sitúa en la Revolución Francesa. "Es evidente que ahí se da un claro movimiento de resistencia estética hacia el presente. La Ilustración marca una nueva lógica histórica, basada en el progreso, lo que genera una fuerte oposición por parte de quienes aprecian lo bueno del pasado".
En los siglos XIX y XX, por tanto, Francia es escenario privilegiado del movimiento antimoderno. Además de los mencionados Chateaubriand y Baudelaire, tenemos a Joseph de Maistre, "contrarrevolucionario extremo, del que el mismo Roland Barthes dijo que estaba tan loco que no era un político, sino un escritor. El tiempo ha venido a decirnos que, en el fondo, era un esteta y, de hecho, sus descendientes son todos escritores, no políticos".
Si el antimodernismo tuvo un principio, ¿ha habido ya un fin? "Fue una posición de dandis, estética y lúdica, que yo hago llegar hasta el siglo XX. Pero, últimamente, lo antimoderno parece esfumarse, al igual que su contrario, la idea de progreso. Sin invierno, no puede haber verano y hoy la gente no cree que el mundo evolucione hacia algo mejor, más bien al contrario. El antimoderno duda siempre del optimismo reinante, sin llegar a ser pesimista, pero con la conciencia de que el optimismo es inmoral: los optimistas lo esperan todo del progreso, creen que los frutos caerán del propio desarrollo de la historia".


En cualquier caso, Compagnon sostiene, provocadoramente, que "el último antimoderao es Roland Barthes, sí, el vanguardista brechtiano, el estructuralista deconstructor, pero que en su carrera literaria muestra esa característica resistencia suave a los nuevos tiempos. Yo lo conocí. Fui alumno suyo y él mismc bordó la definición del antimodernismo cuando exclamó que quería situarse 'en la retaguardia de la vanguardia'. Decía que 'ser de vanguardia significa saber lo que está muerto, ser de retaguardia es amarlo todavía'".


La segunda parte de la versión original del libro, que le da título y que ha desaparecido de la edición española, son notas biográficas de franceses que habitaron "esa ambivalencia crítica". Compagnon reconoce que "podría haber puesto otros autores como Thomas Mann, Burke o T.S. Eliott, pero hay personas más preparadas que yo para hacer una segunda parte adaptada a la realidad de cada país". ¿Qué antimodernos españoles encontraríamos? Puestos a jugar, en un diálogo con su editor y los periodistas, aparecieron nombres como Valle-Incíán o Eugeni d'Ors